Wonder Woman tiene ahora su contraparte paquistaní, Burka Avenger. No sólo es la primer super heroína de la República Islámica de Pakistán, sino también la principal defensora animada de la educación de las niñas, dentro de la pantalla.

 

Con el lema “Justicia, Paz y Educación para todos”, Jiya, una profesora que da clases en una escuela de niñas, en la ficticia población rural de Halwapur, se convierte en Burka Avenger cuando cambia sus vestimentas de maestra por una burka para proteger a sus alumnas de varios villanos que intentan cerrar la escuela.

 

La nueva caricatura creada y financiada en gran parte por la estrella del pop Aaron Haroon Rashid a través de su compañía A Unicorn Black Production, contiene un discurso político que no puede verse desligado del pronunciado por la joven activista de la educación de las niñas Malala Yousafzai, hace dos semanas en la ONU, donde instaba a “tomar nuestros libros y bolígrafos, que son las armas más poderosas. Un niño, un maestro, un bolígrafo y un libro pueden cambiar el mundo. La educación es la única solución”.

 

En el caso de Burka Avenger, literalmente utiliza como armas sus herramientas de enseñanza, a través del Takht Kabaddi, arte de la lucha con lápices, libros y acrobacias avanzadas, para frustrar los planes de sus enemigos: Vadero Pajero, un político corrupto y Baba Bandook, un malvado mago de gran parecido a un comandante talibán.

 Burka Aveng

La vinculación con Malala, no es gratuita ya que la nueva animación da a conocer a través de personajes ficticios, el deseo de los talibanes de suprimir la educación de la mujer, a través de los diálogos de los villanos: “¿que tienen las mujeres que ver en la educación? Ellas deben quedarse en casa, a lavar, fregar y limpiar, trabajando en la cocina”.

 

Es cuando sale a escena Burka Avenger quien derrota a los enemigos enfundada en una burka, -túnica larga comúnmente usada por las mujeres islámicas conservadoras en Pakistán y Afganistán-, que ya ha desatado gran polémica aun antes de que se estrenara  la caricatura.

 

Por un lado el creador de la serie, Haroon defiende la burka en su personaje ya que en sus palabras, “No es un signo de la opresión. Ella está usando la burka para ocultar su identidad al igual que otros superhéroes. Puesto que ella es una mujer, podríamos haberla vestido como Catwoman o Wonder Woman, pero probablemente no habría funcionado en Pakistán”.

 

Sin embargo ha habido críticas refiriéndose a que la burka es reducida a una mera capa de superhéroe, olvidando que esta indumentaria ha sido por mucho tiempo un signo de opresión para la mujer desde que los talibanes impusieron su uso en Pakistán y Afganistán, principalmente, cuando tomaron el control de Kabul en la década de los noventa del siglo pasado.

 

Según estrictas y manipuladoras interpretaciones del Islam por parte del régimen talibán las mujeres tendrían que usar la burka cada vez que aparecen en público, puesto que deben vestir con modestia evitando mostrar brazos, torso y piernas. Esta vestimenta conservadora que ha sido impuesta y limita la plena libertad de las mujeres es la que ha generado controversia al ser elemento clave de identidad de la heroína animada.

 

Marvi Sirmed, una periodista con sede en Islamabad y activista de derechos humanos, considera que no es adecuado construir una figura de la resistencia de una mujer que lleva una prenda que ha sido fuertemente asociada por algunos con la represión de las mujeres.

 

“Es degradante para las mujeres valientes en las partes conservadoras de Pakistán que han estado luchando por los derechos de las mujeres, la educación y la justicia, y que han dicho ‘no’ a este tipo de estereotipo”.

 

A gran parte de los críticos liberales no les convence la burka como símbolo de identidad del personaje principal de la serie animada ya que señalan que las niñas podrían recibir el mensaje equivocado, pese a que la versión de burka utilizada por la heroína paquistaní es más estilizada y de aspecto ninja, alejada de la voluminosidad asociada con la burka real.

 

Una interpretación un tanto más avezada del uso de tal prenda en la heroína, y que podría dar fin con el negativo estigma que carga la burka, es que la joven mujer en la caricatura, la elige, no es impuesta, y su forma de utilizarla es justo contra aquellos que le han impuesto medidas conservadoras, por lo tanto la burka en este contexto podría ser un arma liberadora contra la represión y el conservadurismo impuesto a las mujeres.

 

Finalmente este proyecto apenas ha iniciado, el 28 de julio comenzó transmisiones. Habrá que ver en un futuro medianamente cercano cómo se apropian las niñas de la figura de Burka Avenger y el impacto que este programa tendrá en la sociedad paquistaní.