En los últimos dos años, 500 mil mexicanos más se integraron a las filas de la pobreza para sumar a nivel nacional 53.3 millones de personas en esa condición. Sin embargo, este incremento se dio principalmente entre la población urbana.

 

Esto último fue resultado, principalmente, de la disminución en el ingreso de los mexicanos, la falta de empleo y la informalidad, aseguró Gonzalo Hernández Licona, secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

 

Al presentar el Informe de Pobreza 2012, precisó que en las zonas urbanas, la población con algún grado de carencia pasó de 35.6 millones a 36.6 millones, mientras que en las zonas rurales del país la cifra de pobres disminuyó de 17.2 millones a 16.7 millones.

 

De igual modo, la población indígena del país tuvo un ligero descenso en situación de pobreza, pasando de 8.5 millones a 8.2 millones de habitantes con algún nivel de carencia, mientras que en la población no indígena la cifra de pobres pasó de 44.3 millones a 45.1 millones, reveló el informe del Coneval.

 

“Parece que en esta medición le fue mucho mejor a las áreas rurales que a las urbanas, lo que quiere decir que en estas últimas el reto de disminuir la pobreza sigue siendo muy importante”, dijo Hernández Licona.

 

Explicó que este fenómeno se debió a que disminuyeron los indicadores de carencias de alimentación, acceso a la salud, rezago educativo y servicios básicos de vivienda, gracias a los apoyo de programas sociales, sin embargo, la población con un ingreso inferior a la línea de bienestar y la carencia por acceso a seguridad social se incrementó.

 

“Hacen falta programas para las áreas urbanas, son fundamentales para ayudar a reducir la pobreza en este sector de la población”, indicó el funcionario.

Sin embargo, el titular del Coneval aseveró que la pobreza en el país no se va a solucionar sólo con programas sociales, ya que se trata de un tema económico, por lo que depende de que haya un incremento en la economía que se traduzca en mayores empleos formales y  salarios mejor remunerados.

 

“El gran reto del país es bajar la pobreza en su conjunto, para eso es necesario que haya crecimiento económico y que eso, a su vez, haga que los mexicanos tengamos mejor ingreso y poder adquisitivo.

 

“La combinación que tenemos hoy en día no es la mejor, porque vivimos en un país que no tiene crecimiento económico, la productividad está estancada y el incremento en el precio de los alimentos es mayor que el aumento en el poder adquisitivo de los mexicanos que, por el contrario, se reduce cada vez más”, agregó.

 

Hernández Licona subrayó el hecho de que la población vulnerable por ingreso, es decir que no tiene carencias sociales pero su salario es inferior a la línea de bienestar, aumentó de 6.7 millones de personas a 7.2 millones de personas, muchas de ellas sin acceso a la seguridad social, por lo que en alguna emergencia pueden ver quebrantada su economía.

 

“Es imposible bajar la pobreza de manera dramática si el empleo formal no crece. Este país tiene un problema histórico de informalidad y baja productividad. Ahora hay indicios de querer mejorar el problema, esperemos que en las siguientes mediciones la variable de pobreza baje”, concluyó.