MADRID. El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, comparecerá mañana en el Congreso de los Diputados para hablar de un supuesto caso de su corrupción en el Partido Popular, basado en la denuncia de una contabilidad paralela a la oficial y que sus dirigentes niegan reiteradamente.
Largamente esperada por la oposición política y en medio de gran expectación de los medios, la presencia de Rajoy mañana ante los diputados tiene su origen en el llamado “caso Bárcenas”, en alusión al que durante más de dos décadas fue primero gerente y luego tesorero del Partido Popular, formación de centroderecha.
Ante esto el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) busca calentar los ánimos y mediante dos videos busca hacer viral la presión contra Rajoy de cara a su comparecencia.
Los socialistas lanzaron una ofensiva con un video del partido “#MarianoSéFuerte”, en alusión a los dichos de Rajoy a Bárcenas (“Luis sé fuerte) y otro de las Juventudes Socialistas “#MarianoCuéntalo”.
Mientras los dirigentes federales del PSOE insisten en que el jefe del Ejecutivo cuente todo lo que sepa del caso Bárcenas y agrupan una serie de declaraciones de Rajoy sobre este caso desde 2009, la organización juvenil del partido también pide en otro video “que lo cuente”.
No obstante, la diferencia es que la organización juvenil del PSOE juega con la polisemia del verbo contar, y en la grabación con la etiqueta “Mariano cuéntalo” de apenas 19 segundos, presenta un único plano de una máquina contando billetes de 500 euros que una mano retira al final.
Luis Bárcenas está en prisión provisional desde el 27 de junio, imputado por presuntos delitos fiscales, cohecho, blanqueo de capitales, falsedad documental y estafa procesal en grado de tentativa.
Lo que investiga el juez de la Audiencia Nacional es la supuesta contabilidad B del PP, denunciada por Bárcenas y basada en la percepción de donaciones irregulares por parte de empresarios que habitualmente contrataban con la administración y la salida de dinero en forma de sobresueldos a dirigentes del partido, entre ellos el propio Rajoy, según el extesorero.
Bárcenas, que acumula al menos 48 millones de euros (unos 63 millones de dólares) en diferentes cuentas en el extranjero, tiene que justificar también ante el juez el origen de esa fortuna, pero lo que centrará mañana el debate en el Parlamento es si hubo dinero que entró y salió irregularmente del PP, como señalan los documentos que el extesorero entregó al magistrado.
Perseguido por la oposición, que lleva semanas exigiendo su comparecencia por ese caso, Rajoy aceptó el pasado 22 de julio el envite para dar su versión de las acusaciones que se han vertido contra él y otros dirigentes sobre la percepción de sobresueldos, que han rechazado ya en varias ocasiones.
El presidente y sus correligionarios ponen énfasis en que comparece por su propia iniciativa, aunque los socialistas se atribuyen parte de esa decisión porque agitaron la amenaza de una moción de censura contra Rajoy para que hablara de Bárcenas, una iniciativa que en tres décadas y media de democracia sólo ha tenido lugar dos veces en España.
Pero Rajoy también quiere aprovechar mañana para plantear otros temas y qué planes tiene su gobierno para los próximos meses.
Ligeramente aliviado por datos recientes, como la reducción del desempleo por debajo de seis millones de personas y la ralentización de la recesión económica, Rajoy puede tener la tentación de cubrir el caso Bárcenas con un debate sobre economía, según teme la oposición.
Hoy mismo, los portavoces de varios grupos parlamentarios le pidieron que mañana en el Congreso diga a los españoles la verdad sobre el caso Bárcenas y no desvíe el debate hacia la situación económica.
Del presidente español, hombre parco en palabras y poco amigo de ruedas de prensa y comparecencias públicas, se supo hace poco, gracias a una revelación del diario El Mundo, que mantuvo intercambio de mensajes telefónicos con Bárcenas hasta marzo, cuando el extesorero ya era investigado por la Justicia.
Rajoy, que en febrero ya dijo que nunca recibió dinero “en negro” ha presentado ese intercambio de mensajes como una prueba de que no cederá nunca a un eventual chantaje, lo que ha alimentado las críticas de sus rivales políticos, que creen que el exalto cargo del PP tiene información que puede dañar al partido.
Tampoco la fecha elegida para la comparecencia escapa a la crítica, porque el 1 de agosto es jornada de comienzo de vacaciones para millones de españoles, más preocupados de hacer sus maletas que de la actualidad informativa. (Con información de EFE)
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