WASHINGTON. Ariel Castro, quien se ha declarado culpable de violar, maltratar y secuestrar durante una década a tres mujeres de Cleveland (Ohio, EU.), dijo hoy que no es “un monstruo” y que está “enfermo”, durante la audiencia en la que fue sentenciado a cadena perpetua.
“Creo que yo soy también una víctima”, sostuvo Castro, de origen puertorriqueño, vestido con un mono naranja y con una prominente barba.
Castro, quien puede ser condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, relató que sufrió abusos sexuales cuando era joven y habló también de su adicción a la pornografía.
“No estoy tratando de poner excusas. Sé que obré mal, pero no soy una persona violenta”, indicó.
Castro relató que en la casa en la que mantuvo secuestradas a las tres mujeres había “armonía” y que las acusaciones de abusos sexuales son “falsas”, puesto que, según él, “muchas veces” ellas le pidieron tener sexo.
De origen puertorriqueño y ex conductor de un autobús escolar, Castro se declaró culpable de 937 cargos de los casi mil que enfrentaba después de que su defensa llegara a un acuerdo con la fiscalía para evitar la pena de muerte y puede ser condenado hoy a cadena perpetua sin opción a libertad condicional.
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