WASHINGTON. El cierre temporal de 19 sedes diplomáticas estadunidenses en países islámicos de Medio Oriente y África ocurre antes del décimo quinto aniversario de los atentados que destruyeron las embajadas de EU en Kenia y Tanzania (el 7 de agosto de 1998) y la víspera del fin del Ramadán (mes de ayuno árabe).

 

Y sin indicios de nuevas amenazas terroristas en el horizonte, aumentan las dudas sobre el objetivo de esa medida que apoya la percepción de que la vigilancia de la Agencia de Seguridad Nacional es exitosa para garantizar la seguridad de los estadunidenses. Organizaciones privadas, como el Centro de Información Electrónica Privada, critican el amplio despliegue informativo que vinculaba a las últimas alertas antiterroristas con el debate sobre los poderes de la Agencia de Seguridad Nacional (ASN), para vigilar a ciudadanos estadunidenses y extranjeros.

 

Amie Stepanovich, abogada del Centro, manifestó que la decisión gubernamental de difundir la existencia de esas amenazas en este momento “perpetúa la cultura del miedo” y la incondicional preferencia a la vigilancia en Estados Unidos. Esa nueva alerta de terrorismo llega en un momento en que dentro del Congreso hay algunos legisladores que intentan limitar los poderes de la ASN en la vigilancia interna, recordó Stepanovich.

 

Hasta ahora los estadunidenses y el resto del mundo ignoran la efectividad de los programas de vigilancia de la ASN para prevenir amenazas ciertas. Algunos críticos plantean la posibilidad de que esas amenazas, de confirmarse, habrían sido descubiertas sin esos programas de vigilancia o sin que fueran tan invasivos, como el monitoreo de los correos electrónicos, los chats, mensajes de texto en teléfonos móviles o en las redes sociales. Sostienen que cada vez más se justifica el acceso no comprobado a toda la información personal, recuerda el diario británico The Guardian.

 

Además, el reciente cierre de embajadas estadunidenses en países islámicos apoya la percepción de que los programas de vigilancia de la ASN son efectivos por los amplios poderes que le ha conferido la Ley Patriota, que les permite recoger datos de estadunidenses y extranjeros para interceptar las amenazas de Al Qaeda en todo el mundo.

 

Tras la alerta de la posibilidad de un ataque terrorista no especificado, se fortalecen los poderes de la ASN para seguir practicando las controvertidas medidas como los “barridos” de información en internet y por teléfono, como parte de la vigilancia anti-terroristas.

 

La última alerta del Departamento de Estado, el domingo por la tarde, cifraba el origen de la amenaza terrorista contra las sedes diplomáticas estadunidenses en Yemen, donde se ubica “la filial más peligrosa de Al-Qaeda”, aunque no se especificó el nombre de esa organización a la que se le atribuyen varios atentados terroristas. Uno de ellos, el frustrado ataque del 25 de diciembre de 2009 para volar un avión de pasajeros sobre Detroit y paquetes con explosivos interceptados el año siguiente en vuelos de carga.

 

Mercosur denuncia a EU por espionaje

 

NUEVA YORK. En nombre de Mercosur, los cancilleres de Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela transmitieron al secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, su rechazo al espionaje de Estados Unidos en América Latina. Solicitaron que ese organismo imponga “mecanismos de prevención y sanción a nivel multilateral en la materia”. También pidieron que Argentina, presidente temporal del Consejo de Seguridad, lleve el tema a esa instancia durante agosto.