El ex gobernador de Chiapas, Pablo Salazar Mendiguchía se afilió este miércoles al Partido de la Revolución Democrática (PRD) después de más de 14 años de no pertenecer a ningún instituto político. Él renunció al Partido Revolucionario Institucional (PRI) el 8 de mayo de 1999.
Tras recibir su credencial de militante perredista, el ex mandatario externó su interés de formar parte de un “partido emblemático”, el único que, dijo, representa a la izquierda mexicana, y de sumarse a la corriente interna Patria Digna, que impulsa la candidatura del ex senador Carlos Sotelo para la dirigencia nacional del sol azteca.
En improvisada rueda de prensa Pablo Salazar descartó que su afiliación al PRD constituya una actitud “arribista” u “oportunista”, y, sin querer evaluar la dirigencia que encabeza Jesús Zambrano, sostuvo que contribuirá con sus energías e ideas a que esa fuerza política represente a una “izquierda digna” y cercana a la gente.
Consideró que el hecho de que entre las corrientes internas haya voces que pidan la salida del Partido de la Revolución Democrática (PRD) del Pacto por México representa la “vitalidad” que se vive en ese organismo político.
Asimismo aseveró que si bien constituyó un “gravísimo error” no haber consultado a las diferentes expresiones para participar en esa instancia de diálogo con el gobierno federal y los partidos más representativos, en la actualidad “sería mucho peor salirse”.
Salazar Mendiguchía, quien estuvo detenido en el estado de Chiapas acusado de diversos delitos, algunos relacionados con el manejo de recursos públicos, y hace unas semanas obtuvo su liberación, insistió en que fue “preso político” de la administración del también ex gobernador chiapaneco Juan Sabines Guerrero.
Externó que año y medio lidió con los diferentes procesos que se le fincaron, por lo que ya cumplió con su “cuota de litigios”, y subrayó que ahora no tiene ánimo ni fuerzas para emprender acciones contra Sabines Guerrero.
Pablo Salazar sostuvo que su detención, litigio y posterior liberación luego de que el gobierno de Juan Sabines se desistió de algunos asuntos, representa que la justicia en esa entidad está “en un severo entredicho”, pues desde el poder público se le puede instruir para “perseguir” a las personas.