La Auditoría Superior de la Federación (ASF) calificó como un “desorden” la situación laboral de la Secretaría de Salud, debido a que carece de un padrón confiable sobre su personal y de justificantes sobre los pagos que les realiza, a pesar de que 90 por ciento de los 59 mil 627 millones de pesos de su presupuesto se destinan al pago de personal médico.
El Fondo de Aportaciones para Servicios de Salud (FASSA) –el segundo más importante con relación a los recursos que destina de los fondos federalizados– registra anomalías, zonas de opacidad y forma parte del caos contable en once fondos que se registra en los once fondos federalizados, según dio a conocer el auditor superior de la federación, Juan Manuel Portal Martínez.
El documento Diagnóstico sobre la Opacidad, elaborado por la Auditoría, exhibe que en 14 entidades se identificaron pagos de sueldos a servidores públicos comisionados a otras dependencias distintas a la del Fondo o comisiones sindicales distintas a las de salud, por lo que se destinaron más de 129 millones de pesos a estos comisionados del FASSA.
Durante este ejercicio fiscal, 15 entidades omitieron informar a la Secretaría de Salud sobre la cantidad y tipo de plazas de áreas médicas, socorro y similares, por cada centro de trabajo en cada estado de la república mexicana.
En total, se detectaron cinco mil 804 pagos retroactivos a un número de cinco mil 457 trabajadores de 20 estados, donde no se especificó el detalle la justificación de las erogaciones, según explica el titular de la ASF en el documento sobre el destino de los recursos distribuidos mediante el FASSA.
“En la revisión que realizó la ASF a la Secretaría de Salud federal, en relación con las nóminas del personal financiado con recursos del FASSA, se identificó la inexistencia de resúmenes contables.
“Del número de pagos realizados y del importe total pagado por concepto de percepciones y deducciones; de igual forma, se carece de información sobre los trabajadores regularizados, eventuales, honorarios y homologados”, precisa el documento.
Este fondo entrega recursos a las secretarías de salud estatales y está dirigido a la población que carece de servicios de servicios de salud o seguridad social, que se estima significa 57.5 por ciento de la población total en el país.
El FASSA contribuye al presupuesto del Seguro Popular, que también registró irregularidades de este tipo durante 2011, según reportes de la misma auditoría, quien ha subrayado en diversas ocasiones que la opacidad en el manejo inicia en la entrega de recursos de la Secretaría de Finanzas estatales a la Secretaría de Salud.
Opacidad También En Medicamentos
La Auditoria Superior de la Federación (ASF) también detectó irregularidades en materia de medicamentos, pues existen debilidades en los sistemas de control y su manejo, determinadas en parte, por los esquemas de sub-rogación de los servicios, compra y entrega de medicamentos.
El reporte del órgano fiscalizador señala que la mayoría de los sistemas de salud prefiere subrogar el manejo y adquisición de medicamentos a través de convenios inadecuados, lo que genera una falta de control e información sobre el abasto de fármacos.
Añade también que la mala disposición de procesos del manejo de las medicinas provoca que los insumos lleguen a su fecha de caducidad antes de ser entregados a los pacientes y terminen siendo desechados.
“Inventarios rotativos y asignaciones de claves del medicamento, lo que genera desabasto en el medicamento e insumos médicos, así como medicamento caduco, próximo a caducar, de lento o nulo movimiento y, por lo que las recetas no son surtidas de forma completa.
Durante la auditoria aplicada a este sector, la ASF observó también que sólo el 73.1 por ciento de las recetas que se revisaron fueron surtidas de forma completa, el resto de las recetas tienen que surtirse con dinero de los pacientes.
Además, hay estados donde fue imposible conocer este indicador porque no hay un control en el llenado y entrega de las recetas médicas por parte de los pacientes y de las farmacias, que surten los medicamentos.
Dato
59 mil 627 millones de pesos fueron transferidos por el gobierno federal a las 32 entidades del país a través del Fondo de Aportaciones para Servicios de Salud (FASSA).