TOKIO. Cerca de 300 toneladas de agua altamente radioactiva se fugaron de uno de los cientos de tanques de almacenamiento de la planta nucleoeléctrica de Japón que fue averiada por un tsunami hace dos años, informó el martes el operador de la instalación.
Tokyo Electric Power Co. dijo que el agua contaminada se filtró de un tanque de acero de la planta Fukushima Dai-ichi. TEPCO no ha descubierto cómo se fugó el agua del depósito, pero sospecha que fue a través de una válvula conectada a una canaleta alrededor del tanque.
El vocero de TEPCO Masayuki Ono dijo que el agua se filtró al suelo después de atravesar una barrera hecha con sacos de arena adicional a la barrera de concreto alrededor del tanque. Los trabajadores estaban bombeando el agua encharcada y la del tanque para transferirla a otros contenedores.
El nivel de radiación del agua, medida a unos 50 centímetros (2 pies) por encima del charco, es de casi 100 milisieverts por hora, cinco veces el límite de la exposición anual para los trabajadores de la planta, indicó Ono.
La planta sufrió varias fusiones luego del terremoto y tsunami de marzo de 2011 en Japón. El agua contaminada de otras partes de la planta también se ha filtrado al océano. Cientos de tanques se construyeron alrededor de la planta para almacenar enormes cantidades de agua contaminada que salía de tres reactores fusionados y del agua subterránea que corría hacia sótanos de reactor y turbinas.
Otros cuatro tanques del mismo diseño tuvieron fugas similares desde el año pasado. Ono dijo que la fuga más reciente fue la peor proveniente de un tanque en términos de volumen.
TEPCO informó que los tanques que han tenido fugas tenían uniones de goma y se supone que durarían cinco años. El vocero agregó que la empresa planea construir más tanques con uniones soldadas que son más resistentes herméticas.
La enorme cantidad de agua radiactiva es uno de los temas que más afectan al proceso de limpieza, que se estima durará décadas. Ha habido otras fugas de agua contaminada en la planta y parte de ella ha llegado al océano. Los trabajadores de Fukushima Dai-ichi están tratando de reducir las fugas con medidas como construir barreras químicas subterráneas, pero han servido de poco.