El próximo 19 de enero se cumplen 11 años del escape de una prisión federal de Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, El Chapo. A pesar de ser uno de los hombres más buscados en el plano internacional, aunque a veces se dice que “está a salto de mata”, su organización criminal sigue controlando el mercado de la cocaína y metanfetaminas en el mundo.
En 11 años, logro consolidar su poder a través de alianzas estratégicas y “guerras comerciales” en México y el mundo. Sus dotes empresariales y entendimiento del mercado de las drogas le han permitido establecer una de las cadenas de logística más impresionantes, donde en menos de 15 días un cargamento de cocaína de Perú puede terminar como producto final en las calles de Madrid.
La facilidad con la que desplaza y recibe pagos por la droga, no se debe solo a una operación eficaz, también es importante el apoyo que recibe por parte de las autoridades, de México y otros países. Hay autoridades que justifican y apoyan las actividades criminales del Chapo Guzmán debido a que “administra” el nivel de violencia y por eso su organización criminal no es perseguida. En México, está el caso de Sonora y Baja California donde opera con total impunidad, ya que en su estado natal, Sinaloa los enemigos no son el Estado sino la competencia. Fuera de México las revelaciones del juicio Ismael Zambada García han demostrado que ha existido una cooperación entre sus socios y autoridades de los Estados Unidos, lo cual ha permitido que su organización crezca.
Sin embargo, cuenta con dos ventajas, que cualquier prófugo de la Ley sabe son vitales para permanecer en la clandestinidad, libertad de movimiento y acceso a su dinero. Joaquín Guzmán Loera tiene la facilidad de trasladarse en el territorio nacional para supervisar cosechas de marihuana, llevar acabo juntas, y realizar operaciones financieras. Esto se debe a la falta de control y seguridad de la infraestructura que existe en el país. Hoy en día, la matrícula de aviones privados no es pública como en otros países, los planes de vuelo no se registran de manera central, no hay un registro público de pilotos certificados en el país, a su vez no existe un programa institucional para detectar y destruir pistas aéreas clandestinas. A pesar de que se han incrementado los recursos para combatir el narcotráfico en este sexenio, la SEDENA no cuenta con los recursos suficientes para monitorear el espacio aéreo mexicano, ni las aeronaves suficientes para realizar trabajos de intercepción. En las carreteras federales la movilidad del crimen organizado es de tal magnitud que inclusive agentes de la DEA han sido detenidos y asesinados a plena luz del día.
A pesar de la detención de miembros del cartel de Sinaloa en los últimos meses, llama la atención como ninguno de ellos ha sido encontrado con grandes cantidades de dinero, a pesar de que algunos fueron detenidos en sus domicilios. Los Estados Unidos han enumerado de manera detallada los bienes en México de El Chapo Guzmán, pero aquí no se le encuentra a él ni a sus bienes. Un fugitivo que cuenta con la facilidad de movimiento y tiene acceso a sus bienes y negocios no necesita corromper a las autoridades porque el siempre estará un paso adelante de ellos.
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