WASHINGTON. Estados Unidos tiene sobre la mesa el esquema de la opción militar para responder al supuesto ataque químico en el suburbio de Damasco de Ghouta del este, atribuido al régimen del presidente sirio Bachar al-Assad el miércoles pasado.

 

A un año de que el presidente estadunidense Barack Obama advirtiera a Siria que el uso de ese arsenal sería una “línea roja”, y sin el dictamen del equipo de expertos de la ONU sobre lo que ocurrió realmente, se anticipa una escalada en la tensión entre Washington y Damasco.

 

Siria rechaza la acusación de Estados Unidos y destaca que el uso de ese tipo de armamento habría sido “un suicidio político” justo cuando el equipo de Naciones Unidas arribó a ese país la víspera.

 

En tanto, si Estados Unidos decide emprender la opción militar contra Siria el esquema del operativo ya está concluido desde el pasado mes de julio. Sus detalles técnicos y económicos están descritos en la misiva del 19 de julio que envió al Congreso el jefe de Estado Mayor Conjunto, general Martin Dempsey, luego de ser confirmado en el cargo.

 

En esa ocasión, el senador republicano John McCain le pidió más información sobre los planes de contingencia contra el régimen de Assad que Dempsey describió en su carta.

 

Ese plan contempla cinco vertientes que pueden ejecutarse por el Pentágono de forma independientemente o conjunta.

 

La primera considera la capacitación y asesoría de militares estadunidenses a la oposición siria; la segunda, incluye una serie de ataques aéreos limitados contra objetivos del régimen sirio.

 

La tercera vertiente plantea la posibilidad de establecer una zona de exclusión aérea. Esa medida impondría en los hechos la protección de Estados Unidos y sus aliados a las zonas bajo control de los rebeldes y fragmentaría el Estado sirio.

 

Enseguida, el Departamento de Defensa propone abrir zonas de seguridad en las fronteras con Turquía y Jordania, cuyo propósito es impedir que fluya cualquier ayuda al régimen de Assad y acotar el éxodo de refugiados sirios. Por último, se propone controlar el uso de arsenal químico aunque no describe cómo y dónde.

 

En su mensaje al Congreso, Dempsey hace estimaciones económicas para poner en práctica el plan. Tasó en 500 millones de dólares anuales la capacitación de EU a la oposición siria y en mil millones de dólares mensuales los operativos aéreos limitados que se ejecutarían a lo largo de un año.

 

En virtud de estos costos, el oficial recordó que la opción militar se realizaría en medio de los más grandes recortes presupuestales del DoD y “en plena incertidumbre fiscal”.

 

Sin embargo, Dempsey es claro al manifestar que no ofrece garantías de que la opción militar derroque a Assad.

 

Por el contrario, advierte la posibilidad de que una intervención militar estadunidense en aquel país podría incrementar actos de radicales islámicos contra objetivos de EU o sus aliados.

 

Primeros pasos

 

En junio pasado, Barack Obama autorizó que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) coordinara el envío de armas ligeras y munición a los rebeldes sirios. A fines de agosto concluye el plazo que prohíbe a Occidente vender armas a la oposición siria, por lo que queda abierta la posibilidad de que el primer paso que prevé el plan de Dempsey se ejecute.

 

El fin de semana, la Marina estadunidense reposicionó a sus buques de guerra en el Mediterráneo con rumbo a las costas de Siria. El navío Mahan, que debía retornar a su base de Norfolk, en Virginia, recibió órdenes de permanecer en la región, con lo que suman cuatro las embarcaciones militares estadunidense en aquella región.

 

Algunas fuentes del Pentágono han difundido a la prensa estadunidense que el Pentágono estaría afinando el preparativo inicial para realizar un operativo con misiles de crucero contra el régimen de Bashar al-Asad.

 

Lo que sí confirmó el secretario de Defensa estadunidense Chuck Hagel, es que el presidente Obama pidió a los militares “preparar opciones para todas las contingencias”, mientras se agudiza la crisis en Siria.

 

Por tanto, “lo hicimos y estamos listos para poner en práctica cualquier opción si él decide emplear una de ellas”, confirmó el funcionario el domingo a la emisora Fox News.

 

En la reunión del sábado pasado, Obama tuvo acceso a expedientes médicos sobre lo ocurrido en los barrios orientales de la capital siria mientras la comunidad de inteligencia estadunidense continúa recopilando información de esos hechos para informar al mandatario, agregó un testigo a ese canal.

 

Barack Obama sopesa distintas opciones militares para encabezar la respuesta de una comunidad internacional cada día más inclinada a intervenir decisivamente en ese país.

 

Se mantienen, no obstante, las dudas sobre el alcance y la eficacia de esa actuación en un conflicto que se escapa al control de Washington.

 

El importante papel de la ONU

 

La investigación cabal del caso recae ahora en el equipo de expertos internacionales de Naciones Unidas, que dirige Ake Sellstrom y que llegó a Siria a comienzos de la semana pasada con la misión de confirmar si alguna de las partes del conflicto interno en aquel país ha recurrido a armamento químico en alguna ocasión.

 

Días después de su arribo, ocurrió el ataque a Goutha en el que se habrían empleado gases químicos contra civiles.

 

El gobierno sirio ya autorizó que los expertos visiten la zona, situada al este de la capital siria, confirmó el comunicado del gobierno y la jefa de desarme de la Organización de Naciones Unidas, Angela Kane, que anuncia que ambas partes trabajan para definir la fecha y hora de la visita.

 

El vocero de la ONU Martin Nesirky confirmó que el gobierno sirio “ofreció que proporcionará la cooperación necesaria, y que cesará toda acción en los lugares relacionados con el incidente”.

 

La única complicación para esa visita de inspección radica en que la zona oriental de Ghouta está bajo control de la oposición y el gobierno de Assad quiere garantizar la seguridad de los integrantes del organismo internacional.

 

Los rebeldes y el principal grupo de la oposición, respaldado por Occidente, afirman que garantizarán el acceso y la seguridad del equipo de la ONU para facilitar la investigación.

 

El plan.

 

El Pentágono propone:

–       Entrenar y asesorar a la oposición           500 mdd anuales

–       Realizar ataques aéreos limitados;                1,000 mdd mensuales por un año

–       Establecer una zona de exclusión aérea

–       Abrir zonas de seguridad en las fronteras con Turquía y Jordania

–       Controlar las armas químicas