A Alberto Sauret, Carlos de la Isla, Rodolfo Vázquez y Antonio Bassols
Los libros amarillos de Ideas y Problemas se convirtieron no sólo en el ornamento esteticista de unos cursos impartidos por Estudios Generales, sino en una de las ventajas competitivas de un instituto educativo que logró alcanzar la excelencia académica en no muchos años, me refiero al Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). De Platón a Nietzsche y de Orwell a Huxley, el entramado mundo de las ideas y de los problemas ha ido sembrando generación tras generación, el elemento vital de la evolución: la atención por el conocimiento. Del otro lado de la moneda, la especialización en el estudio económico y sus circunstancias (basada en modelos liberales para el consumidor), ha sido toral para el desmontaje ideológico del pasado.
Para el presidente Obama, el éxito de los estudiantes universitarios es la principal prueba a la que se someten las universidades. Así lo mencionó el pasado jueves. Quizá, bajo abundante bruma alrededor de la agenda internacional de Estados Unidos, muchos medios pasaron por alto las decisiones que dio a conocer el presidente del país que acoge a las mejores universidades del mundo.
A partir de 2015, Estados Unidos reformulará el método de evaluación sobre las universidades. El nuevo ranking asimilará, entre otros aspectos, el éxito de los estudiantes, la innovación tecnológica, el financiamiento y el costo de las matrículas. La parte toral del modelo de evaluación se pondrá a consideración de la demanda, es decir, de las familias. Serán ellas quienes elegirán la universidad de acuerdo con el binomio calidad-precio.
En la Universidad de Búfalo, el presidente Obama dijo que “el ranking de las universidades debe realizarse no en función de cuántos estudiantes se matriculen en ellas, sino en función de sus resultados académicos”. Eureka. Los resultados académicos traducen a valor presente el éxito de los estudiantes.
El presidente Obama sabe que no puede fallarles a los jóvenes; estrato demográfico que lo apoyó en sus dos victorias electorales. El financiamiento se ha convertido en un problema para los estudiantes. A principios de este mes, el presidente firmó una ley para impedir que los intereses por los créditos universitarios se duplicaran para el próximo curso. Los tipos de interés se han mantenido congelados en 3.7% desde 2007; ahora, la intención era liberarlos hasta 6.8%. Por el impacto de la crisis, la liberación de la tasa quedó cancelada.
En 2013, el costo anual de una carrera universitaria de cuatro años en una universidad pública es de ocho mil 655 dólares (112 mil 515 pesos); 4.8% más caro respecto al año pasado. Por lo que toca a las universidades privadas, el costo anual es de 25 mil 100 dólares (326 mil 300 pesos). Si lo traducimos en niveles de satisfacción, según un estudio del Centro Pew, 57% de los estadunidenses piensa que las universidades no ofrecen a los alumnos una formación de calidad, proporcionalmente a lo que pagan.
Regresando a Río Hondo en San Ángel, el éxito del ITAM oscila en un amplio espectro; desde el proceso discrecional en el proceso de ingreso, al fijarse como objetivo toral, el rigor académico.
El futuro es la atmósfera propuesta por la educación; las cohortes generacionales debaten el conocimiento en bruto para perfilar sus pensamientos. El presente es una vital anécdota y el pasado un simple obstáculo. Un ejemplo de lo anterior lo vi unos días después del 11 de septiembre de 2001. En el auditorio del ITAM se detonó un intenso debate entre profesores de Estudios Generales y de Economía. Los alumnos que estuvieron presentes vivieron un ensayo de lo que auténticamente es la universidad: debatir las ideas para perfilar el pensamiento.