PARÍS. La UNESCO calificó hoy de “catastrófico” el nivel al que ha llegado la destrucción del patrimonio cultural en Siria debido al conflicto en ese país, que según el organismo alberga algunos de los bienes “más preciados de la cultura islámica y cristiana”.
En conferencia de prensa, Irina Bokova, directora general del organismo, anuncio que está en marcha un plan de acción que espera que sirva para definir las zonas prioritarias de intervención y las medidas de emergencia.
Además se dijo consciente de que en el marco de la actual crisis humanitaria, defender el patrimonio puede parecer “secundario”, pero dejó claro que no hay opción para dar preferencia a una cosa más que a otra porque “no hay cultura sin gente, ni sociedad sin cultura”.
El encuentro, precedido de una reunión de expertos, contó con la participación del mediador internacional para Siria, Lajdar Brahimi, que destacó que “pocos países han tenido un pasado tan glorioso”, y que la comunidad internacional debe proteger tanto a su población como a un patrimonio “que también es de todos”.
También participó el director general de Antigüedades y Museos de Siria, Mamun Abdulkarim, que detalló que Alepo, Dura Europos, Mari y Daraa son algunos de los enclaves más afectados y expuestos a la destrucción y pillajes. Y es que el zoco de Alepo fue incendiado, el minarete de la mezquita de Umayyad ha sido destruido, se han robado estatuas del museo de Hama y unas 30 obras de arte del de Maarrat; hay yacimientos arqueológicos convertidos en campo de batalla.
“La amenaza contra algunos enclaves se acrecienta ante la ausencia de instituciones gubernamentales implicadas”, subrayó Abdulkarim, que en su llamamiento hoy ante los expertos urgió de nuevo, como ya lo hizo a finales de julio, a que se combatan las excavaciones ilegales y se incremente el control fronterizo.
Otro de los presentes fue el subdirector general de Cultura, Francesco Bandarin, quien indicó que el organismo no apunta a culpables pero sí se denuncia que se han encontrado algunas de las piezas robadas en mercadillos de ciudades como Beirut, y se asegura que más que actos espontáneos e individuales, los pillajes pueden atribuirse, en algunos casos, a redes criminales organizadas.
En un intento por recuperar algunas de las piezas sacadas del país, Irina Bokova ha solicitado la colaboración de entes como la Interpol o la Organización Mundial de Aduanas.
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