WASHINGTON. El gobierno del presidente Barack Obama se prepara para la mayor votación sobre política exterior desde la guerra en Irak al argumentar el domingo que nuevas pruebas muestran que el gobierno sirio usó gas sarín en un mortal ataque en agosto.

 

Con su credibilidad en peligro, Estados Unidos tiene que responder, dijo John Kerry, el secretario de Estado.

 

Por su parte, los legisladores, que en estos días no se ponen de acuerdo en casi nada y que todavía no han regresado de sus vacaciones de verano, han expresado opiniones fuertemente divergentes sobre si dar al presidente la autorización para atacar al régimen de Assad y qué significaría para la reputación de Estados Unidos negarle la autorización al comandante en jefe de las fuerzas armadas.

 

Kerry presentó las posturas de Obama en varias entrevistas en los programas dominicales de comentarios en la televisión estadounidense, donde resumió la información más reciente con que cuenta el gobierno sobre el ataque del 21 de agosto en suburbios de Damasco, que según Washington dejó mil 429 civiles muertos, entre ellos más de 400 niños.

 

El secretario de Estado indicó que las muestras recogidas por los socorristas se añaden a numerosas otras pruebas de que el gobierno sirio lanzó un ataque con armas químicas.

 

“Las muestras de cabello y sangre sometidas a pruebas han dado positivo a rastros de sarín”, dijo Kerry. “Cada día que pasa los argumentos son más fuertes. Sabemos que el régimen ordenó este ataque. Sabemos que lo planearon. Sabemos desde dónde dispararon los cohetes. Sabemos dónde cayeron y conocemos el daño que causaron”.

 

El sarín, que afecta el sistema nervioso y es tóxico en forma de líquido o gas, puede lanzarse en misiles, bombas, cohetes o proyectiles de artillería. Las leyes internacionales que rigen los conflictos armados tienen prohibido su uso. Las referencias a las muestras de cabello y sangre fueron las primeras pruebas físicas citadas por un funcionario del gobierno, que anteriormente sólo había hablado de un gas neurotóxico, sin identificarlo.

 

La aseveración de Kerry coincidió con el comienzo de una fuerte campaña del gobierno en busca de apoyo del Congreso, ahora que Obama ha declarado que esperará la autorización de la Cámara de Representantes y del Senado antes de ordenar cualquier acción militar.