KABUL. La médica india Sushmita Banerjee, autora de una de las autobiografías más famosas, que narra su huida del cautiverio talibán durante el régimen de los integristas islámicos en 1995, ha sido asesinada en Afganistán, donde se encontraba realizando un reportaje sobre la vida de las mujeres lugareñas.
Fuentes policiales dijeron que la escritora había sido secuestrada durante la noche del miércoles en Sharan, una provincia afgana en Paktia, cuando un grupo talibán irrumpió su casa, amordazó a su esposo, Jaanbaz Jan, la acribillaron y dejaron su cuerpo cerca de una escuela.
“La investigación llevada a cabo muestra que los insurgentes tenían algo contra ella, concerniente a lo que había dicho o escrito antes, y que después fue adaptado al cine” dijo, Dawlat Khan Zadran, jefe de la policía local.
“Le dispararon unas 20 veces y le arrancaron los cabellos”, precisó.
Sushmita Banerjee, de 49 años, era la esposa del empresario afgano Jaanbaz Hkan. Recientemente, se había instalado con él en Afganistán.
Banerjee era muy conocida por haber escrito un año después de su secuestro, en 1995, Kabuliwalar Bangali Bou (La Esposa Bengalí de un Kabulí), en el que narraba su dramática huida en manos de los talibanes, y que se convirtió en un éxito de ventas en la India para más tarde, en 2003, hacerse película en Bollywood. La historia también formó parte de un artículo que escribió para la revista Outlook en 1998.
La escritora había logrado escapar durante un tiempo en 1994, pero su libertad duró muy poco cuando buscaba ayuda en la embajada india de Islamabad, sus cuñados la devolvieron a Afganistán “me pusieron bajo arresto domiciliario y me calificaron de mujer inmoral. Los talibán me amenazaron con enseñarme una lección. Sabía que tenía que escapar”, escribió.
Poco después intentó la huida. “Una noche hice un túnel a través de las paredes de adobe de la casa y huí. Cerca de Kabul volví a ser arrestada. Un grupo de 15 de ellos me interrogó durante toda la noche, decían que tenían que ejecutarme, pero los convencí de que era india y de que tenía derecho a volver a mi país”.
“La mañana siguiente me llevaron a la Embajada de India. Cuando regresé a Calcuta me volví a reunir con mi marido” relata en su libro.