RIO DE JANEIRO. La presidenta brasileña Dilma Rousseff exigió de nuevo el lunes explicaciones al gobierno estadounidense luego de conocerse un nuevo informe sobre espionaje a Brasil por parte de la Agencia de Seguridad Nacional.
El reporte de la cadena televisiva Globo difundido el domingo por la noche, basado en documentos filtrados por Edward Snowden, ex analista de la NSA —siglas en inglés de la agencia_, dijo que el espionaje de ese organismo estadounidense alcanzó las redes de cómputo privadas de la paraestatal brasileña Petrobras. Se produjo una semana después de un reporte de Globo que indicó que la NSA había interceptado comunicaciones de Rousseff.
Otras compañías objeto del espionaje fueron Google y la Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication (Sociedad de Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales), mejor conocida como SWIFT, con sede en Bélgica y que facilita la mayoría de las transferencias bancarias internacionales en lo que se considera son transacciones seguras.
El reporte no proporcionó detalles sobre qué información pudo haber recabado la NSA.
Las tres compañías están incluidas en lo que el informe dijo es un manual de entrenamiento de la NSA para nuevos agentes sobre cómo infiltrarse en las redes privadas de computadoras de compañías grandes.
La semana pasada, Rousseff se reunió con el presidente estadounidense Barack Obama en Rusia durante una cumbre del Grupo de los 20. Dijo que Obama prometió que el miércoles proporcionaría explicaciones sobre el programa de la NSA.
Petrobras indicó en una declaración por correo electrónico que está al tanto del reporte de Globo y resaltó que toma todas las precauciones posibles para proteger su red de computadoras.
Reportes previos basados en documentos de Snowden revelaron la existencia del programa PRISM de la NSA, que le da a la agencia acceso amplio a datos de clientes de compañías como Google y Facebook.
Otros reportes de la semana pasada en los periódicos The Guardian, New York Times y ProPublica, también fundamentados en filtraciones de Snowden, indicaban que la NSA y su contraparte británica habían desarrollado “nuevas oportunidades de acceso” a las computadoras de Google hacia 2012, pero los documentos no decían qué tan extenso era el proyecto o qué clase de datos podía leer.