El alemán Thomas Bach es el nuevo presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) al resultar hoy elegido en Buenos Aires durante la 125 Sesión de ese organismo.

 

Bach se impuso en segunda ronda por mayoría absoluta a otros cuatro candidatos: el singapurés Ser Miang Ng, el ucraniano Sergey Bubka, el puertorriqueño Richard Carrión quien estaba considerado como el principal favorito, y el suizo Denis Oswald.

 

Previamente había quedado eliminado el taiwanés Ching-Kuo Wu, tras un desempate con Ng.

 

Tras ser anunciado como el nuevo presidente por su antecesor el belga Jacques Rogge, (quien tuviera el cargo desde 2001), Bach ha expresado ante los micrófonos un prolongado “uf” de alivio, al que ha seguido un breve discurso que llevaba preparado.

 

Dio las gracias a sus colegas en varios idiomas, empezando por el español, y ha asegurado que trabajará para hacer realidad el que ha sido su lema de campaña: “unidad en la diversidad”.

 

Ha prometido tener siempre abiertos “la puerta, los oídos y el corazón” y luchar por un equilibrio entre las distintas familias del Movimiento Olímpico. “Quiero ser el presidente de todos y haré cuanto pueda por encontrar un equilibrio entre las diferentes partes del Movimiento Olímpico”, ha indicado.

 

Bach, noveno presidente y quien cumplirá un primer mandato de ocho años, renovables por cuatro más, se ha referido a su pasado como campeón olímpico y mundial y finalmente ha vuelto a abrazarse a Jacques Rogge y a alguno de sus rivales en la carrera por la presidencia.

 

La victoria de Bach prolonga la tendencia europeísta en la presidencia del COI: todos los dirigentes, con excepción del estadounidense Avery Brundage (1952-1972), han procedido de Viejo Continente.