El sol fue el gran ausente. Desde que las primeras personas hicieron fila para entrar a la Plaza Constitución para disfrutar del desfile militar, alrededor de las 7:00 horas, no se pronosticaba buen clima para la ciudad de México. Los fenómenos meteorológicos (Ingrid y Manuel) que afectaron a gran parte del país, se dejaron sentir durante las dos horas que desfilaron las fuerzas castrenses en conmemoración de los 203 años de la Independencia de México, no obstante, el programa se llevó a cabo conforme fue planeado.
El reloj marcó las 11:00 horas cuando tres aviones sobrevolaron la plancha del Zócalo capitalino para dar inicio al desfile cívico militar que como cada año congrega a cientos de personas, políticos y representantes de los tres Poderes de México para ver marchar a las fuerzas del Ejército México, Fuerza Aérea, la Secretaría de Marina, Armada de México e incluso a la Asociación Nacional de Charros.
La orden del jefe supremo de las fuerzas armadas, Enrique Peña Nieto, fue contundente: cambiar el formato de la parada militar de los 203 años de la Independencia mexicana y el Centenario de la creación del Ejército mexicano.
Foto: Cuartoscuro
Tras la liberación de la plancha del Zócalo capitalino, que por más de un mes fue sede del plantón de los profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), mandos militares realizaron los ajustes correspondientes para que este lunes se izara la bandera monumental frente a los representantes de los tres poderes en el país.
Aún con la lluvia intensa, al inicio de la ceremonia, Peña Nieto salió del Palacio Nacional escoltado por Ricardo Anaya Cortés (presidente de la Cámara de Diputados), Raúl Cervantes (presidente del Senado de la República) y Juan Silva Meza (presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación), para hacer los honores al pie del asta bandera ubicado en el corazón de la capital.
La bandera fue izada pero pudo ondearse poco a causa de la lluvia. Luego del acto, el presidente subió a un jeep del Ejército para pasar lista a las tropas. Los cañones sonaron y los contingentes comenzaron la marcha.
Foto: Laura Sánchez
19 mil 51 elementos del Ejército, Policía Federal, Marina, Guardias Presidenciales, además de 456 elementos extranjeros, entre otros, participaron en el desfile de gala, en el cual se contó con una flota de 90 aeronaves de la Fuerza Aérea, entre estos nueve aviones de reciente adquisición, además de helicópteros.
El primer espectáculo lo dieron los paracaidistas del agrupamiento de fusileros y fuerzas especiales que descendieron de un helicóptero a 16 mil pies de altura y cayeron exactamente en la plancha del Zócalo.
De fondo, la orquesta militar no dejó de entonar melodiosas sinfonías, que fueron acompañadas por los fuertes canticos de los contingentes que marchaban y pasaban saludando al Presidente de México ubicado en el balcón de Palacio Nacional. A la vez que 4 mil 800 soldados formaban mosaicos en una grada dispuesta justo en el frente del balcón del Palacio Nacional donde el Presidente y su esposa, Angélica Rivera, observaban pasar los contingentes.
Foto: Cuartoscuro
En el balcón, los representantes de los tres Poderes se resguardaban de la lluvia mientras veían desfilar a las fuerzas Armadas, Aérea y de Marina, sin embargo algunas gotas cayeron sobre Silva Meza quien por algunos minutos no alcanzó a cubrirse con la carpa.
Las grandes ovaciones de los asistentes se las llevaron la Marina, el Colegio Militar y la Heroica Escuela Naval. Pero en general, las mujeres que cada vez son más las integrantes de las fuerzas armadas, tuvieron los aplausos de los asistentes.
Pasadas las 13:00 horas, la Asociación Nacional de Charros mostró su gala. Las escaramuzas dejaron ver su coqueteo y dominio de los caballos. Tras los charros, el equipo de limpieza también desfiló, pero para limpiar el paso de los caballos.
Foto: Laura Sánchez
Tras el pase de lista y la participación de los diversos contingentes tanto militares, aéreos, navales y policiales, los máximos representantes del país sostuvieron una comida al interior de Palacio Nacional.
A pesar de ser recinto presidencial, el patio de honor –lugar donde sostuvieron una convivencia por más de una hora los representantes políticos de nuestro país– estuvo fuertemente custodiado por efectivos del Estado Mayor General, la Procuraduría General de la República, apoyados con perros detectores de explosivos.