Una semana después de que las lluvias torrenciales de los ciclones “Ingrid” y “Manuel” afectaran a gran parte del territorio mexicano y tras haber llevado a cabo intensas tareas de rescate, el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, dijo hoy que es tiempo para comenzar la reconstrucción del país.
Casi todas las comunidades y municipios apartados “han alcanzado el auxilio” gracias a la ayuda de la Marina, el Ejército y los gobiernos estatales, aseguró Peña Nieto, por lo que “estamos ya entrando a la etapa de reconstrucción”.
“Manuel”, ya muy disminuido, e “Ingrid”, un ciclón ya extinto, han dejado en el país más de un centenar de muertos desde el pasado fin de semana y decenas de desaparecidos, así como numerosos destrozos materiales, especialmente en el estado de Guerrero, el más afectado.
“Esta va a ser una tarea (la reconstrucción) no solo para con el estado de Guerrero sino para con todo el país, todas las entidades que se han visto afectadas por este evento extraordinario que hemos tenido, e históricamente registrado como las lluvias más intensas que se han extendido en el territorio nacional”, dijo el presidente en una conferencia de prensa.
Después de visitar en helicóptero algunas de las zonas más dañadas de este estado, Peña Nieto dijo que actualmente el país está en la etapa de “seguir apoyando con alimentación, ropa y víveres para garantizar el sustento mínimo a las familias afectadas”, pero también de comenzar la reconstrucción.
Hallan un cadáver en La Pintada
Rescatistas en Guerrero recuperaron el sábado el cadáver de una mujer en medio de una ardua batalla contra el lodo en el lugar de un mortal deslave esta semana debido a las fuertes lluvias, posiblemente uno de los 68 desaparecidos en una montaña de tierra y fango que tapó la mitad de La Pintada, un poblado dedicado al cultivo del café.
Mientras tanto, en la Ciudad de México, el gobierno recibió una ola de críticas por empeorar la situación de cara a los desastres naturales debido a una mala planeación, a la falta de una estrategia de prevención y a la corrupción.
“Los gobiernos no son responsables de la ocurrencia de los fenómenos meteorológicos, pero sí de la prevención de sus efectos”, indicó la organización mexicana sin fines de lucro Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC) en un editorial en su página de internet en el que critica un programa federal para mejorar la infraestructura y reubicar a comunidades actualmente en zonas de riesgo de inundaciones. “El Programa Nacional Hídrico (PNH) estaba repleto de buenas intenciones, pero su ejecución fue, a lo más, pobre”.
El presidente Enrique Peña Nieto y el gobernador del estado de Guerrero, Angel Aguirre, viajaron el sábado a La Pintada, al noroeste de Acapulco, lugar de la peor tragedia individual provocada por las dos tormentas.
Ingrid y Manuel azotaron simultáneamente las dos costas de México el pasado fin de semana, generando enormes inundaciones a lo largo de cientos de kilómetros de zonas costeras y tierra adentro. Hasta ahora, 101 personas han muerto, sin contar las bajas del helicóptero ni otras 68 personas desaparecidas en La Pintada, donde soldados mexicanos seguían retirando el lodo después de que un derrumbe barrió medio poblado.
“En el día de hoy, prácticamente no hay esperanza ya de poder encontrar alguna persona con vida”, dijo Peña Nieto tras el sobrevuelo, y añadió que el derrumbe cubría al menos 40 viviendas. El mandatario le dijo a los pobladores que La Pintada sería reubicada y reconstruida en un lugar cercano, y más conveniente.
Aguirre y otros funcionarios han confirmado públicamente que la corrupción y politiquería permitieron que las viviendas se construyeran en zonas peligrosas donde los permisos se deberían haber rechazado.
Po otra parte, el helicóptero, perdido desde el jueves, fue localizado el sábado por la mañana. El vocero del gobierno, Eduardo Sánchez, dijo que el número de víctimas del accidente sigue sin determinarse, pero que podría oscilar entre tres y cinco personas.