La polémica, como es usual con el cine del  Terrence Malick, no está ausente en el estreno de su más reciente cinta, The Tree Of Life (El árbol de la vida). Pero esta ocasión la molestia no proviene solamente de las furiosas críticas publicadas en varios medios, aquí el descontento surge incluso desde adentro: el actor y coprotagonista de la cinta, Sean Penn, declaró en entrevista estar muy molesto por la dirección de Malick, “nunca encontré en la pantalla la emoción que leí en el guión… no sé qué hago en esta película”.

 

¿Qué pasa con esta cinta que hasta sus propios actores la critican? Pues nada, resulta que Terrence Malick -con apenas cinco cintas filmadas en casi cuatro décadas- es un director legendario por su pasividad narrativa, es decir, no tiene empacho en filmar durante minutos una imagen fija, desde el vaivén de la hierba azotada por el viento, hasta la marea del más precioso mar.

 

Y es que no hay nada que enoje más al público gringo como una película “lenta” o con pocos diálogos. Para un público acostumbrado a las explosiones, la edición frenética y las cintas que se explican solas; una película como The Tree Of Life desata el enojo por la osadía de no traer consigo el manual para entenderla.

 

El Árbol de la Vida es en realidad una serie de viñetas que giran alrededor de los O’Brian, una familia de Texas de finales de los años 50 quienes recién reciben un telegrama fatal: uno de sus hijos ha muerto.

 

Luego de la terrible noticia, la cámara nos muestra (muy al estilo de 2001, Odisea del Espacio), lo que parece ser el inicio de los tiempos, con un gran Big Bang, escenas con bacterias y dinosaurios, hasta llegar a Jack, el hijo menor de la familia quien ya adulto (interpretado por Sean Penn), recuerda aquellos días de juego con su hermano y con su casi siempre furibundo padre a quien odiaba profundamente por su carácter tan violento.

 

Prácticamente sin diálogos, con una cámara siempre en vaivén y una hermosa fotografía, Malick nos lleva en un viaje onírico donde la imagen y la música son el mensaje y los susurros de los personajes (voz en off) son los verdaderos diálogos en esta cinta que pretende (y logra) conectarse con cierta espiritualidad que celebra la vida, el amor, la redención.

 

Es también una cinta sobre padres e hijos, sobre el rencor de estos últimos ante la furia de un padre frustrado (un efectivo Brad Pitt) que les grita y golpea por cosas sin importancia. Es una cinta sobre la redención porque a pesar del odio, el perdón mutuo llegará en algún momento: “Padre: eres una pelea dentro de mí, siempre lo serás”.

 

Con cierta reminiscencia a Enter the Void (Gaspar Noé, el de Irreversible), Malick nos hace sentir extrañamente pequeños ante la vastedad de la existencia que retrata.

 

No se dejen engañar por el cartel de la cinta, esto no es la clásica cinta de Brad Pitt, tampoco es la clásica película de “fin de semana”. Se trata de una experiencia para vivirse y sentirse. Si a usted no le gusta el cine pausado, el cine “lento”, el cine que pide al espectador algo más que sentarse y comer palomitas, pues… sería mejor evitarla.

 

The Tree of Life (Dir. Terrence Malick, 2011)

4 de 5 estrellas.

Guión y dirección: Terrence Malick, Fotografía: Emmanuel Lubezki, Edición: Hank Corwin, Jay Rabinowitz, Daniel Rezende, Billy Weber, Mark Yoshikawa. Con: Brad Pitt, Sean Penn, Jessica Chastein, entre otros.