ROMA. Una embarcación que partió de Libia con 500 inmigrantes de nacionalidad eritrea y somalí que intentaban llegar a la isla italiana de Lampedusa, al sur de Sicilia, naufragó ocasionando la muerte de 133 personas y doscientos desaparecidas.
Durante las labores de rescate, los equipos de salvamento marítimo que no se dieron abasto por lo que se unieron pesqueros y barcas privadas, sacaron de las aguas del Mediterráneo los sin vida, que fueron trasladados a los muelles de la isla.
El ministro del Interior, Angelino Alfano, quien se desplazó al lugar de la tragedia, informó que hasta el momento se habían rescatado a 151 personas y manifestó además que espera que la Unión Europea se dé cuenta de que acontecimientos como éste no son un “un drama solo italiano, sino europeo”.
La alcaldesa de la isla, Giusi Nicolini, precisó que entre los muertos hay decenas de niños y una mujer embarazada “No dejan de llegar barcos y descargar muertos”, narró entre lágrimas mientras hablaba por teléfono con algunas televisiones. “Se trata de una tragedia inmensa”, ha añadido. El Gobierno va a decretar este viernes como jornada de luto nacional.
“No sabemos dónde meter ni a los vivos, ni a los muertos”, lamentaba la alcaldesa, debido a que la situación también empieza a ser dramática en el centro de acogida de inmigrantes de la isla, en el que actualmente se alojan 1350 personas a pesar de que tiene una capacidad para unas 700.
Según varios testimonios de los 151 supervivientes de la tragedia, llevaban varias horas en alta mar o y no conseguían llamar para ser rescatados por lo que decidieron encender un fuego para ser localizados, por lo que muchos tuvieron que arrojarse al mar y posteriormente volcaron
Otros denunciaron que después de su salida hace dos días del puerto libio de Misrata, Durante la travesía, tres barcos pesqueros nos vieron pero ninguno nos socorrió”, relata un superviviente en al ‘Corriere della Sera’.
La alcaldesa ha subrayado que “si esto es cierto, habrá que aclararlo”.
Las autoridades, tanto locales como nacionales, han hecho un llamamiento a la Unión Europea para que aumente su atención sobre la dramática situación que vive constantemente la isla. El pasado febrero, la alcaldesa de la isla, Giusi Nicolini, envió una carta a la Unión Europea pidiendo ayuda bajo el título: “¿Cuán grande tiene que ser el cementerio de mi isla?”.
El ministro italiano del Interior, ha declarado que es necesario que Bruselas empiece a considerar Lampedusa “no sólo una frontera italiana sino una frontera europea”. Ante la gravedad de la situación y la falta de soluciones, hasta el propio Papa Francisco hizo un llamamiento contra “la globalización de la indiferencia”.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha lamentado la tragedia del naufragio en Lampedusa que ha causado 94 muertos frente a las costas de la isla italiana, lo que ha considerado “otra llamada de atención” sobre la migración.
Tercera tragedia en pocas semanas
Trece indocumentados fallecieron el lunes pasado después de haber sido obligados por los traficantes a tirarse al mar a pocos metros de la playa del “Piscotto” en la provincia de Sicilia., a pesar de que no sabían nadar.
El pasado 10 de agosto, otros seis indocumentados, entre ellos un menor de edad, fallecieron al intentar alcanzar nadando la costa de Sicilia tras haber encallado el navío en el que viajaban junto a un centenar de inmigrantes procedentes de Siria y Egipto.
Sólo en los seis primeros meses de 2013 desembarcaron un total de tres mil 648 inmigrantes.