No pierda las dos sentencias dictadas ayer. Dos vándalos del 2 de octubre, Andrés Pérez Rosales y Alejandro Bautista Peña, no alcanzan libertad bajo fianza y el mismo riesgo corre al menos uno de los ocho pendientes de definición jurídica. Su nombre: Abraham Cortés Ávila. Bien hecho.
Esta decisión judicial va en la misma línea del jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, y de los capitalinos amantes de la paz. Son las víctimas de la ALDF, cuyo populismo la llevó a aprobar, el 26 de diciembre de 2012, una reforma al artículo 362 del Código Penal del Distrito Federal a favor de quienes perturban a la Ciudad de México. Los 50 diputados votantes a favor de esa despenalización, con Antonio Padierna Luna de adalid -así se respetan los derechos humanos y los tratados internacionales, argumentó-, debieran tener la cara roja de pena con la población. Pero no.
Ese 26 de diciembre abrieron la cárcel a quienes destrozaron el Centro Histórico el día primero de ese mes y a cuantos los han emulado después por una razón cualquiera: Día del Trabajo, la reforma educativa, el aniversario del 2 de Octubre… Ahora están plenamente identificados y la autoridad tiene las pruebas: son los mismos violentos y su único objetivo es alterar la tranquilidad del ciudadano común.
MAYOR SANCIÓN POR ULTRAJES A LA AUTORIDAD
Estos sujetos conflictivos han dejado demasiadas huellas. Suficientes para ubicarlos: no más de 300. En ese número se identificó a quienes, a ciencia y paciencia del gobierno de Marcelo Ebrard, el día de la toma de posesión de Enrique Peña,atacaron a ciudadanos, saquearon comercios, dañaron hoteles y escribieron consignas ante la mirada complaciente de la policía capitalina.
-¿Te gustó tu bienvenida, Peña?-, decía la más socorrida.
Desde entonces su aparición ha sido intermitente, sin importar a los convocantes, la causa de las marchas o el sustento de los reclamos. Pero no nada más han estado en las manifestaciones del SME, de la CNTE o de Andrés López. Han encabezado la toma de la UACM, del CCH y de la Torre de la Rectoría de la UNAM.
La formal prisión a los vándalos Andrés Pérez Rosales y Alejandro Bautista Peña por delitos graves -robo calificado en pandilla, ataques a la paz pública- es un aviso de un proyecto muy avanzado: El equipo jurídico del gobierno capitalino ya elabora el proyecto de reformas al Código Penal para sancionar con severidad los ultrajes a la autoridad.
Por ello es trascendente la formal prisión a los vándalos Pérez Rosales y Bautista Peña: los policías dejarán de ser el negro de la feria o piñata de las manifestaciones. Falta la voluntad de los 50 diputados de la ALDF, quienes el 26 de diciembre pasado dieron la espalda a la ciudad, a sus pobladores y al jefe de Gobierno.
SE VA LA CNTE, PERO YA VIENE MORENA DEL PEJE
1.- Pobre Ciudad de México.
Se van los maestros y ya viene Andrés López con el mismo modo de actuar de la CNTE: manifestarse en calles y plazas y tomar las dos cámaras del Congreso de la Unión, el Senado y la de Diputados.
Dada su identidad y sus acuerdos para aglutinarse en torno de Morena, los volveremos a ver juntos y al lado de los 300 delincuentes cuya única motivación es actuar con violencia y alterar la paz social.
Y 2.- el gobernador guerrerense Ángel Aguirre ha decidido actuar sin la tutela de la federación, como le pidieron desde las alturas tras las lluvias de las Fiestas Patrias, y organiza giras y programas de recuperación por su cuenta.
Ayer puso en servicio la reconstrucción de la carretera Tlapa-Marquelia, dispuso reabrir totalmente la Autopista del Sol el 11 de octubre y gestionó acceso libre para quienes visiten Acapulco el próximo fin de semana.