La paquistaní Malala Yousafzai, la adolescente de 16 años tiroteada el año pasado por los talibanes por defender la educación femenina en su país; el médico congoleño Denis Mukwege y el obispo mexicano José Raúl Vera López figuran entre los favoritos para el Nobel de la Paz, que se falla mañana en Oslo.

 

Malala, que hoy ha sido elegida premio Sájarov 2013 a la Libertad de Expresión y acaba de presentar un libro sobre su vida, aparece como indiscutible favorita en las casas de apuestas y suena con fuerza en los medios noruegos, aunque algunos expertos dudan de la conveniencia de galardonar a una adolescente, por la atención mundial que conlleva el premio.

 

“Sólo nos fijamos en los criterios fijados por Nobel. Eso es lo que cuenta”, dijo recientemente el líder del Comité del Nobel de la Paz, Thorbjørn Jagland, al ser preguntado por si sería un problema la edad de Malala, que reside en Inglaterra desde que fue trasladada para ser atendida de las graves heridas sufridas en el atentado.

 

El médico congoleño Denis Mukwege, uno de los ganadores del “Nobel Alternativo” de este año; la emisora Democratic Voice of Burma, y el obispo mexicano José Raúl Vera López, que ya en 2012 era señalado como uno de los favoritos, también aparecen en teoría bien situados en las quinielas previas.

 

Igual que en años pasados vuelven a sonar varios activistas rusos, como Svetlana Gánushkina, fundadora de la organización de derechos humanos Memorial; Serguéi Kovaliov y Lilia Shibanova, además de la abogada chechena Lidia Yusúpova.

 

Yusúpova, como la activista china uigur Rebiya Kadeer o el propio Vera López, tienen a su favor haber obtenido el premio de derechos humanos de la fundación noruega Rafto, otorgado este año al Centro de Derechos Humanos de Bahrein.

 

Ganadores del Rafto como la activista birmana Aung San Suu Kyi; el expresidente de Timor Oriental José Ramos Horta; el coreano Kim Dae-Jung y la abogada iraní Shirin Ebadi fueron premiados años después con el Nobel de la Paz.

 

En contra de los activistas rusos se suele apuntar el hecho de que Jagland lidere el Consejo de Europa, un puesto en el que no le interesaría enemistarse con las autoridades rusas.

 

El teórico de la no violencia estadounidense Gene Sharp, su compatriota Betty Reardon, el cardenal nigeriano John Onaiyekan y la presidenta de la Comisión Afgana Independiente de los Derechos Humanos (AIHRC), Sima Samar, suenan también para suceder a la UE en el palmarés de uno de los premios más prestigiosos del mundo.

 

La polémica ha sido una constante en los cinco años que Jagland ha liderado el Comité del Nobel de la Paz, con decisiones controvertidas como la del galardón en 2009 al presidente de EEUU, Barack Obama, o a la UE el año pasado, que provocó no pocas protestas en Noruega.

 

WikiLeaks y su fundador, Julian Assange, están entre los nominados, al igual que el presidente de Colombia, José Manuel Santos; el presidente birmano Thein Sein, el expresidente de EEUU Bill Clinton; el extécnico de la CIA Edward Snowden y el soldado Bradley Manning.

 

La presencia en la lista de candidatos -que pueden ser nominados por catedráticos de Universidad en Derecho o Ciencias Políticas, parlamentarios o antiguos laureados de todo el mundo- sólo se puede conocer si quienes los han propuesto lo hacen público.

 

El Comité Nobel no difunde la lista hasta pasados 50 años y lo único que confirma ahora es el número de candidatos, que este año ha alcanzado la cifra récord de 259.

 

Se sabe también que entre los nominados este año figuran la fiscal general de Guatemala, Claudia Paz y Paz, y el presidente ruso, Vladimir Putin, entre otros.

 

El Nobel de la Paz es el único que se otorga y se entrega fuera de Estocolmo, por decisión expresa del creador de los premios, el magnate sueco Alfred Nobel, ya que en su época Noruega formaba parte del Reino de Suecia.