Juan Manuel Márquez enfrentó a Manny Pacquiao en tres largas y frustrantes batallas, en las que no consiguió los triunfos que creyó merecer.
Cuando finalmente conectó a Pacquiao con una derecha fulminante que lo noqueó en su cuarta pelea, el mexicano estaba listo para pasar la página.
“Ese capítulo está cerrado”, afirmó Márquez. “Tuve una gran victoria sobre un gran boxeador como Pacquiao, y quiero quedarme con esa gran sensación. No veo por qué hacer una quinta pelea”.
Timothy Bradley también tiene su historia con Pacquiao, y es una agridulce. El estadunidense ganó una polémica decisión dividida, pero no recibió el reconocimiento de los seguidores del boxeo por esa victoria, y lo pagó caro en su siguiente combate.
Ambos se enfrentan el sábado por el título welter, y Pacquiao estará en el otro lado del planeta. De todas formas, el filipino arroja una sombra imponente.
“Nadie me respetó después de la pelea con Pacquiao”, lamentó Bradley. “Tuve que salir a ganarme el respeto. Por eso salí a pelear como lo hice en mi última pelea. Quería noquear, y quería mandarle un mensaje al mundo”.
Bradley salió a dar un espectáculo, pero a un costo muy elevado. El estadunidense, que no es conocido por su pegada, se enfrascó en una brutal pelea con el ruso Ruslan Provodnikov en marzo, en la que estuvo a punto de ser noqueado en varias ocasiones.
Bradley escapó con una cerrada decisión, aunque lució al borde del precipicio y cayó a la lona en el asalto 12 . Los golpes que recibió tuvieron tal efecto que tuvo que ser examinado por un neurólogo, y pasó dos meses en habitaciones oscuras tratando de superar los efectos de la golpiza.
“Todo boxeador que sube al cuadrilátero sabe que quizás cuando baje no será el mismo, o quizás ni siquiera baje”, señaló Bradley. “Yo tenía que saber qué estaba pasándome”.
Bradley dio el viernes un peso de 146 libras para la pelea. Márquez marcó en la báscula 144,5 libras.
Bradley y Márquez rechazaron ofertas del promotor Bob Arum para volver a enfrentar a Pacquiao, aunque hubiesen ganado más dinero de hacerlo. Cada uno tenía sus motivos, y de todas formas ganarán sumas cuantiosas por su combate del hoy: Márquez unos seis millones de dólares garantizados, y Bradley unos 4.1 millones.
Pacquiao peleará con Brandon Ríos el 23 de noviembre en Macau.
“El dinero no es todo”, señaló Arum. “Están recibiendo buenas sumas, y para Timothy y Juan Manuel es importante su legado. Timothy quiere la cabellera de Márquez en su corona, por así decirlo. Y Márquez quiere ser el primer mexicano que gana cinco títulos mundiales en cinco divisiones distintas. Ambos me dijeron que Pacquiao puede esperar”.
Márquez, de 40 años, ganó su primer título mundial en las 126 libras, mientras que Bradley quiere meterse en la conversación de los mejores púgiles del mundo.
“El dinero es importante en la vida, pero lo más importante es el honor, el orgullo”, afirmó Márquez. “Todos saben lo que pasó en esas cuatro peleas (con Pacquiao). Lo sabré toda la vida. Si yo hubiese ganado (la cuarta) con una decisión apretada, le daba la quinta. Firmaba el contrato después de la pelea. Pero tuve una gran victoria”.
La cartelera tendrá como pelea semiestelar el combate entre el puertorriqueño Orlando Cruz, el primer boxeador públicamente gay, y el mexicano Orlando Salido.