Al menos ocho personas murieron y 20 más resultaron heridas hoy por la explosión de dos bombas en el norte de Irak, que vive una ola de atentados que han cobrado la vida de más de 500 civiles tan sólo en lo que va de octubre.
Fuentes policiales informaron que ocho trabajadores murieron y siete más resultaron heridos por el estallido de un artefacto plantado en su furgoneta en la norteña localidad de Suwaira, según un reporte de la agencia informativa Aswat al-Iraq.
De acuerdo con las primeras investigaciones, el aparato explosivo fue colocado dentro del vehículo en el que viajaban los trabajadores.
Una segunda bomba explotó este lunes en un mercado del área de Touzkhormatoo, en el centro de la norteña provincia de Kirkut, provocando heridas a al menos 13 personas, dos de ellos de gravedad, e importantes daños materiales.
Las explosiones se registraron horas después de una serie de ataques registrados en varias ciudades iraquíes, habitadas en su mayoría por chiítas, con un saldo de unos 38 muertos y más de 118 heridos, según un balance dado a conocer este lunes por la agencia informativa NINA.
El hecho más grave de la jornada del domingo tuvo lugar en la ciudad de Hillah, a 100 kilómetros al sur de Bagdad, donde dos coches bomba explotaron en un mercado, provocando la muerte de nueve personas y heridas a otras 17.
Los ataques son los últimos de una ola de derramamiento de sangre que ha afectado a Irak durante los últimos meses, aumentando las preocupaciones de que el país está volviendo a la violencia sectaria que marcó los años posteriores tras la invasión estadunidense de 2003.
De acuerdo con el grupo Iraq Body Count, más de seis mil personas han muerto en todo el país en lo que va de este año, 523 de ellas tan sólo en este mes de octubre y 68 de las cuales en los últimos dos días.
La mayoría de los civiles perdieron la vida en atentados suicidas o con coche-bomba, perpetrados en comunidades habitadas por chiítas y atribuidos al grupo Estado Islámico en Irak y Levante (ISIS), ala de Al Qaeda en el país árabe.