Moscú.- Un equipo de buzos extrajo hoy un fragmento del meteorito que impactó en Rusia en febrero pasado, el más grande de los recuperados hasta ahora, cuyo peso no pudo ser precisado ya que al ponerlo sobre la balanza ésta se rompió cuando llegó a 570 kilogramos.

 

La roca, de un metro y 50 centímetros de diámetro, fue extraída del Lago Chebarkul, al oeste de la ciudad rusa de Chelyabinsk, y los expertos tienen la esperanza de revelará nuevos secretos sobre el espacio, a través del cual habría viajado millones de años.

 

El meteorito iluminó el cielo de la mañana del pasado 15 de febrero y explotó en la atmósfera sobre la ciudad de Chelyabinsk, provocando una onda expansiva que rompió los cristales de los inmuebles, los cuales causaron heridas a unas mil 500 personas.

 

Los fragmentos del cuerpo espacial -cuyo diámetro se estimó en 17 metros- quedaron esparcidos en una extensa área de esa región, aunque el mayor de ellos cayó en el Chebarkul, dejando un agujero de unos seis metros de ancho en la superficie helada del lago.

 

Los especialistas intentaron hallar fragmentos en el lago, que tiene una superficie de casi 20 kilómetros cuadrados, pero debido a que el agua está congelada desde el mes de noviembre hasta el deshielo en mayo, pospusieron para entonces la búsqueda.

 

Una vez que los buzos sacaron este miércoles la roca del agua, con redes de pesca, la levantaron para ponerla sobre una balanza y determinar su peso, sin embargo la báscula se rompió cuando llegó a la marca de 570 kilogramos, reportó el diario The Siberian Times.

 

Con la balanza, el fragmento se partió en tres piezas, debido a que la roca ya tenía una fractura cuando fue hallada, indicaron científicos en el lugar, quienes calcularon que su peso superaría los 600 kilogramos, aunque más tarde se precisó en 654 kilogramos.

 

Se espera que las pruebas de los expertos confirmen que esta roca era parte del meteorito que se estrelló en la región hace ocho meses.

 

El análisis de los fragmentos del meteorito que fueron encontrados previamente, fueron hechos públicos a principios de este mes y mostraron que la edad del cuerpo celeste “prácticamente coincide con la de nuestro Sistema Solar, cuatro mil 560 millones de años”.