“Queremos tres millones de pesos si no quieres ver a tu familiar destazado en la puerta de tu casa”, escuchó Carlos al levantar la bocina del teléfono hace nueve meses en Celaya, Guanajuato.

 

Esa voz áspera pertenecía a un sujeto identificado con el cártel de Los Caballeros Templarios, quien le advirtió que no llamara a la policía por dos razones: las autoridades trabajaban para ellos y porque conocían los movimientos de su familia y los matarían.

 

Han pasado nueve meses desde esa llamada y, con un presunto secuestrador encarcelado, lo único que pide es saber dónde está Jaime, su hermano. "Vivo o muerto, sólo queremos que nos digan a dónde se lo llevaron".

 

Ayer por la madrugada, un grupo de ciudadanos salió de Celaya hacía la capital; se enteraron de que el presidente Enrique Peña Nieto estaría en Palacio Nacional y hasta ahí llegaron. "Sólo le pedimos dos minutos al presidente para que escuche lo que estamos padeciendo en nuestra ciudad, el calvario que sufrimos gracias al crimen organizado", cuenta Carlos.

 

A unos metros de Palacio Nacional, las familias colocan carteles con los nombres de sus familiares desaparecidos, se turnan el megáfono para contar su historia y tratan de esquivar a policías federales y miembros del Estado Mayor Presidencial para llegar al presidente y que escuche su reclamo de justicia y el "horror" que viven.

 

La mayoría de familias que viajaron a la capital del país están amenazadas por Los Caballeros Templarios. El terror se nota en sus rostros, desconfían de cualquier persona que se acerque a donde colocan sus pancartas y prefieren omitir los detalles del secuestro de sus familiares.

 

El único que se atreve a hablar es Carlos. “Mi vida y la de familia están en peligro desde que secuestraron a mi hermano, por eso queremos que nos escuche el presidente y de aquí no nos vamos a mover, porque ya decidimos hacer esto y si regresamos a Celaya me matan a mí y a toda mi familia”.

 

Recuerda que el 15 de mayo la Policía Antisecuestros les avisó que el caso del plagio de su hermano estaba resuelto debido a que un grupo de élite de la procuraduría de Guanajuato capturó a Uriel Iván Sánchez Ramírez, El Garra, ex militar y líder de los Caballeros Templarios a quien se le atribuyen decenas de extorsiones y secuestros, entre ellos el de Jaime.

 

Después de esa fecha, la policía investigadora dejó de tener contacto con él y la incógnita de la desaparición de su hermano sigue: las autoridades dieron carpetazo.

 

“Tenemos miedo, al igual que tantas familias en Celaya, estamos amenazados de muerte por los templarios, sólo agarraron a uno, pero todos están afuera, nosotros no queremos meternos con ellos, sabemos que ellos tienen el control de la ciudad, nada más queremos saber dónde está mi hermano”.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *