No es un sesgo idealista asegurar que Camus no fue hecho por sus circunstancias; no creía en el destino marxista. Lo expulsaron del Partido Comunista porque cuando la internacional de los comunistas abogaba por criticar a los imperios colonialistas, Camus supo que los comunistas argelinos no iban a adoptar esa postura por una sencilla y al mismo tiempo, armoniosa razón: los musulmanes educados estaban a favor de asimilarse a la cultura francesa, es decir, no querían independizarse. Más tarde fue el Partido Comunista quien le dio la espalda al nacionalismo musulmán. Camus, contrario a habitar en el interior de una secta, se percató y criticó la ausencia de comprensión de la dirección del Partido Comunista respecto a la evolución social de Argelia controlada por el colonialismo, evolución que, según la opinión de Camus, carecía de cohesión lo que podía degenerar en un nacionalismo exacerbado.

 

En esos momentos no sería difícil derivar el pensamiento de Camus, en función de lo que un día le comentó su profesor Jean Granier: "Por un ideal de justicia ¿es necesario suscribir tonterías?" (*) Del otro lado de la moneda se encontraba la voz rica en fina ironía de un personaje creado por Camus en una obra de teatro cuya temática abordaba los problemas de mineros asturianos: "Yo he votado por él, porque no es orgulloso".

 

Camus permaneció al partido Comunista pocos meses; de otoño de 1936 a noviembre de 1937. El gobierno francés estaba en manos del Frente Popular, una coalición de socialistas y comunistas. En mayo del 36 los socialistas fueron los grandes ganadores, Léon Blum se encargó de formar gobierno. El PC había participado en la creación del Frente Popular y desde su inicio lo imaginó aglutinado por múltiples fuerzas políticas. La realidad, para los musulmanes fue otra, ellos no formaban parte del Frente, ni siquiera tenían derecho a votar. El nazismo y el fascismo comenzaban a desplegar sus fuerzas, sin embargo, los musulmanes permanecían indiferentes al fascismo , que les parecía un problema estrictamente europeo.

 

La historia cambiaría de rumbo.

 

Cali y Gula

 

Camus siempre vivió rodeado por gatos quienes en su nombre, llevaban el pensamiento del escritor. Al escribir Calígula, se dejaba acompañar por Cali y Gula; otra mascota se llamaba Kirk, el perro de la angustia. La angustia siempre fue la fiel compañera de viaje de Camus.

 

Al ser expulsado del PC quiso mudarse a París porque "sólo se obtiene eco en París", le dijo Camus a su amigo Louis Miquel. Herbert R. Lottman narra el diálogo entre los amigos: "Evidentemente, vas a preguntarme, ¿hay necesidad de tener eco?" Miquel sólo vio en la pregunta de Camus un juego de palabras: résonner (tener eco) por raisonner (razonar).

 

A los 24 años, Albert Camus escribe una carta a Gabriel Audisio (quien para los escritores del Norte de África, era una especie de padre), en la que le pide ayuda para encontrar trabajo en París. De sus palabras resalta el sentido modesto del escritor que unos años después ganaría el premio Nobel: "Estoy actualmente sin trabajo, y necesito imperiosamente vivir en París. ¿Cree usted que a los veinticuatro años, con una licenciatura en letras, un diploma en estudios superiores en filosofía, un año de periodismo práctico (redacción y maquetación) y dos años de teatro como actor y director, podría encontrar un empleo en París que me permitiera vivir y trabajar? (...) Para mí tiene una gran importancia vivir ahí  lo antes posible".

 

"Es normal dar un poco de nuestra vida para no perderla entera", escribió Camus en su diario el 22 de noviembre de 1937. Y lo hizo pensando en su nuevo trabajo. Unos meses antes, Camus aceptó una oferta: "¿Está preparado para aceptar un empleo que no tiene nada de literario y que ni siquiera es interesante?" La oferta se la hizo Jean Coulomb, metereólogo  nacido y educado en Argelia. En Francia fue nombrado director del Instituto de Meteorología y de Física Terrestre. Camus ganaba mil francos al mes como ayudante técnico.

 

Para ese entonces Camus ya había dado pequeñas muestras de sus diversos talentos. En poco tiempo, asombraría.

 

*Las citas son tomadas del libro "Albert Camus" de Herbert R. Lottman, editorial Taurus, 2006.

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