Actualmente Xavier Bettel es el alcalde de Luxemburgo y se perfila para liderar una coalición tripartidista que le facilitaría llegar al puesto de Primer Ministro con un considerable apoyo del paralamento local. Lo peculiar es que de lograrlo será el primer hombre abiertamente homosexual en convertirse en jefe de Estado en Europa.
En octubre de 2011, Bettel fue electo, a los 38 años, para dirigir el gobierno de la capital de Luxemburgo, y por tanto se volvió el tercer alcalde gay de una ciudad europea, después de Bertrand Delanoë en París y Klaus Wowereit en Berlín.
El también líder del Partido Liberal (DP) recibió el pasado viernes 25 de octubre, el encargo de “formar Gobierno en Luxemburgo”, lo que supondrá en principio de cuentas, la salida del poder del hasta ahora primer ministro Jean-Claude Juncker, que ha dirigido el país durante los últimos 18 años.
El sistema de gobierno luxemburgués es monárquico-parlamentario, y es encabezado por un gran duque, actualmente se trata del duque Enrique, quien ya dio luz verde a Bettel para negociar la coalición tripartita.
El nuevo Parlamento de Luxemburgo, salido de los comicios del pasado 20 de octubre, celebrará su primera sesión el próximo 13 de noviembre, día en el que si ya hay formado un gobierno de coalición se podrá acordar la investidura de sus miembros.
Liberales, socialistas y ecologistas han podido alejar a Juncker del gobierno gracias a los 32 escaños obtenidos en los comicios del mes pasado, que en un Parlamento de 60 miembros les concede una ajustada mayoría.
Bettel, abiertamente gay, nunca ha dudado en aparecer acompañado de su pareja en actos oficiales, además aportó un gran impulso al proyecto de ley de matrimonio entre personas del mismo sexo que Luxemburgo comenzó a tramitar en agosto de 2010.
El alcalde inició las conversaciones para la coalición el pasado martes formalmente y manifestó su confianza en que el nuevo Ejecutivo asuma sus funciones antes de mediados de diciembre.
Esa fecha permitiría al nuevo premier acudir a la próxima Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la UE, que el país considera muy importante.
El Gran Ducado tiene ante sí un reto clave a corto plazo, pues presionado por sus socios europeos pondrá fin en enero de 2015 al secreto bancario sobre el que se basa gran parte de su economía.