Hay una reforma que no se discute en los salones de plenos, no acapara titulares en los periódicos ni genera protestas multitudinarias en las calles de las ciudades, pero que cuenta con el potencial para generar un crecimiento económico igual o mayor que el de las reformas energética o fiscal. Es la reforma urbana.
Partiendo de la idea de que las ciudades mexicanas presentan un modelo en 3D (distantes, dispersas y desconectadas), lo cual condena a las urbes al desaprovechamiento de recursos y representa un lastre para la productividad, el Centro Mario Molina, el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) y cts EMBARQ México elaboraron una propuesta integral llamada Reforma Urbana 100 Ideas para las Ciudades de México, que llama al replanteamiento de las políticas públicas en materia de desarrollo urbano.
Dicho modelo en 3D expulsa a los habitantes de zonas urbanas a zonas distantes en la periferia y las obliga a viajar grandes distancias hacia su trabajo, en infraestructura mal planeada y redes de transporte público ineficientes, razón por la cual las tres organizaciones convocaron a un foro público en el cual se abordaran los grandes problemas de las ciudades y se ofrecieran soluciones.
De estos diálogos surgió la Reforma Urbana, cuyo objetivo, afirma Gabriela Alarcón, Directora de Investigación y Desarrollo Urbano en el Imco, es que las propuestas ciudadanas incidan en el Plan Nacional de Desarrollo para recuperar el papel rector de la Federación, abandonado durante 30 años.
Dimensiones del mal
La falta de un modelo de movilidad urbana eficiente en las ciudades de México es uno de los principales frenos económicos y productivos existentes en la actualidad. Sólo el Distrito Federal pierde todos los años 33,000 millones de pesos en los atascos de tránsito.
Además, la congestión vehicular provoca la pérdida de 3.3 millones de horas hombre todos los días, sólo en el DF. Gabriela Alarcón añade que el tráfico tiene también serias afectaciones en la salud de la población y un impacto en las finanzas públicas.
Rodrigo Díaz, del CTS Embarq México, uno de los principales promotores de la propuesta, afirma que a pesar de lo complicado que es medir el impacto económico, algunas estimaciones sugieren que podría generar un crecimiento de entre 4 y 5% del PIB, igual que las reformas estructurales que hoy acaparan la discusión pública.
Las propuestas de la Reforma Urbana en www.forbes.com.mx
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