MADRID. El escritor mexicano Álvaro Enrigue ganó la 31 edición del Premio Herralde de Novela con la obra “Muerte súbita”, al imponerse a otras 476 novelas.

 

El jurado, integrado por Salvador Clotas, Paloma Díaz-Mas, Marcos Giralt Torrente, Vicente Molina Foix y el editor Jorge Herralde, se pronunciaron a favor del mexicano que había presentado su novela con el título “Patrón de todos los que estamos tristes”, bajo el seudónimo “Hamilton”.

 

“Muerte súbita” es una historia ambientada en el siglo XVI y que cuenta con dos duelistas singulares, el pintor italiano Caravaggio y el poeta español Quevedo, que se enfrentan en un partido de tenis.

 

En Barcelona, noreste español, el escritor mexicano explicó que la novela sucede en un sólo día, el 4 de octubre de 1599, a mediodía, cuando se encuentran en las canchas de tenis públicas de plaza Navona, en Roma, dos duelistas singulares: Caravaggio y Quevedo.

 

Indicó que trabajó la psicología de esos dos personajes y sus dos maneras de ver el mundo.

 

“Caravaggio, símbolo de la contrarreforma, tenía una idea muy moderna de la celebridad, de la fama, y en eso se parecía más a Warhol que a Miguel Ángel; y Quevedo era una figura sólida como defensor de la hispanidad, del catolicismo, del imperio”, dijo.

 

Apuntó que Caravaggio es un joven artista lombardo “que ha descubierto que la forma de cambiar el arte de su tiempo no es reformando el contenido de sus cuadros, sino el método para pintarlos, y con ello ha puesto la piedra de fundación del arte moderno”.

 

En tanto, su adversario es un poeta español, “tal vez demasiado inteligente y sensible para su propio bien y ambos llevan vidas disipadas hasta la molicie”.

 

Señaló que, en resumen, “ambos están en la cancha para defender una idea del honor que ha dejado de tener sentido en un mundo repentinamente enorme, diverso e incomprensible”.

 

Explicó que para escribir “Muerte súbita” regresó al primer registro documental de la palabra tenis, que sitúa en un edicto de excomunión del obispo Edmundus Lacy fechado en 1451.

 

“Pensé que una palabra que aparece por primera vez en una excomunión merecía una novela”, dijo.

 

Además, resaltó que “llevamos casi un siglo apaleando a la novela y se ha demostrado, que sigue siendo el género que permite más cosas: hay una libertad única al escribir una novela”.

 

Enrigue es el cuarto escritor mexicano en ganar el Premio Herralde después de Sergio Pitol, Juan Villoro y Daniel Sada.