Ser entrenador de la NFL no equivale a tener un boleto para el área de emergencias en un hospital, pero la hospitalización de dos técnicos en el mismo fin de semana, este último —uno de ellos se desmayó durante un partido en el horario estelar— es un escalofriante recordatorio de lo peligrosa que puede ser la constante presión por tratar de ganar juegos cada semana.
“El fútbol americano es estresante y el trabajo de entrenador también lo es”, dijo Dan Reeves, quien fue operado del corazón cuando dirigía a los Falcons de Atlanta en 1998. “Es un trabajo que absorbe tanto tiempo que en realidad no te cuidas como deberías, y por eso es fácil que se presenten problemas así”.
Al igual que el técnico de Denver, John Fox, Reeves supo durante la campaña que tenía problemas del corazón y quiso hacerlos a un lado mientras trataba de que su equipo llegara a la postemporada.
Igual que Fox, terminó en el hospital y su equipo tuvo que jugar sin él.
“Lo bueno es que finalmente le dije algo al doctor”, señaló Reeves, “de lo contrario pude haber sufrido un infarto”.
Fox fue sometido a una operación para remplazar la válvula aórtica el lunes pasado, dos días después de sufrir mareos mientras jugaba al golf en su casa en Carolina del Norte. Se estima que regresará pronto a su puesto.
No tan predecible es el futuro de Gary Kubiak, quien se desmayó mientras caminaba en el campo durante el juego del domingo pasado que su equipo perdió una ventaja de 18 puntos tras su ausencia. Fue llevado al hospital, y el martes fue dado de alta tras descubrirse que sufrió un mini derrame cerebral. Fox estaba en la semana de descanso de los Broncos, que son candidatos para llegar al Súper Bowl.
“Pasé por una dura prueba y mi objetivo es recuperar la salud”, dijo Kubiak en un comunicado difundido por medio del equipo. “Los médicos me han dicho que me recuperaré plenamente”. No se ha dicho cuándo se reintegrará, o si lo hará.
“Hay mucha presión en los entrenadores”, dijo el ejecutivo de los Broncos, John Elway. “Los niveles de expectativa también han aumentado, así que es un empleo duro, muy duro”.
Elway dijo que el domingo llamó al gerente general de Indianápolis para saber cómo manejaron los Colts la ausencia de su entrenador Chuck Pagano, a quien la temporada pasada se le diagnosticó leucemia y tuvo que ser internado. Pagano había sentido cansancio extremo y dolores, pero igual que Fox, esperó hasta la semana de descanso para ser revisado por el médico.
Y sí, en estos días todos los head coaches entrevistados han dicho que deben preocuparse más por su salud. Luego regresaron a sus oficinas para seguir analizando videos y prepararse para otro domingo en el que 70 mil personas en el estadio y millones en sus casas ponen en duda todas sus decisiones.