Las grandes transformaciones empiezan con pequeños cambios.

 

Vivimos en la era de la hiper-información. Atados a un celular “inteligente”.

 

Sin lugar a dudas las posibilidades de conectividad de esos dispositivos electrónicos han propiciado grandes transformaciones en las relaciones humanas.

 

Gracias a ellos podemos concluir que internet es el invento más efectivo para acercar a la gente que tenemos lejos y alejar a la gente que tenemos cerca. Eso pareciera ser la diabólica ironía de la modernidad online.

 

Imagine que usted llega a una junta para hacer alguna presentación y que su audiencia hace como que escucha pero en realidad está contestando correos electrónicos, realizando un reporte, conectados a Facebook o tuiteando o mensajeando por cualquier vía.

 

Sin duda esa experiencia le resultaría frustrante.

 

Ahora imagine el caso en el entorno familiar. La típica familia que sale a comer en fin de semana todos inclinando su cabeza al teléfono celular sin mínima convivencia.

 

El tema lo traigo al cuento debido a que un pequeño cambio, como definir reglas de convivio social en la era digital, puede abonar a nuestro objetivo de ser más eficientes como personas productivas integradas en una sociedad con su propia política de urbanidad.

 

Un decálogo basado en el sentido común a manera de pautas de educación online:

 

Si alguien se está refiriendo a usted lo mínimo que su interlocutor espera es que le ponga un mínimo de atención. Educación básica.

 

El conducir un auto exige responsabilidad mínima como ser cívico, no manejar ebrio, arreglándose las pestañas y/o contestando el WhatsApp. Educación básica.

 

Utilizar la opción de manos libres para contestar llamadas telefónicas breves mientras vamos conduciendo. Educación básica.

 

Evitar estar en una reunión familiar o comida entre amigos revisando el teléfono para averiguar quién ha escrito o interactuado en Facebook. Educación básica.

 

Establecer horarios para contestar correos electrónicos desde el celular o tableta (digamos antes de salir de la oficina y durante el trayecto de regreso a ella). Educación básica de la administración del tiempo.

 

Si sale de vacaciones no se lleve el celular. El síndrome del fin del mundo puede desarrollar una severa patología psicológica. Educación básica de salud mental.

 

No acostumbrar a sus hijos que es normal ignorar a la gente en vacaciones o momentos de esparcimiento por atender su entorno digital. Educación básica de adultos responsables.

 

Responder brevemente desde el celular solo con información importante para desarrollar  una contestación más a detalle desde la oficina o la casa. Educación básica que ayudará a educar al interlocutor quien poco a poco se acostumbra y exige contestaciones instantáneas.

 

Devolver siempre las llamadas que no podemos contestar, los recados de voz o los mensajes de texto cuidando las pautas antes descritas

 

Usar timbres discretos en lugares públicos. Es de muy mal gusto habilitar ringtones de canciones guapachosas o ruidos escatológicos para hacer distinguir nuestro teléfono. Educación básica de urbanidad y buen gusto.

 

Si usted no solo coincide con lo anterior sino que lo lleva a cabo le felicito. Si no, mi pregunta sería ¿y la educación básica?

 

Así como hemos puesto el dedo en el reglón de que en lo general somos una sociedad mal educada, individualista y con un muy pobre cultura cívica, ahora también es evidente la falta de educación digital.

 

En la primaria nos enseñan a poner atención cuando alguien nos habla, a ser claros y concisos, a conducir bicicletas (cuantimás motos o autos) con las dos manos y poniendo atención al 100% en el camino, a disfrutar las vacaciones sin tarea, a disfrutar a la familia… entonces ¿por qué omitir esos principios en la era de la hiperconectividad?

 

La tecnología digital pone una vez más a la educación básica en entredicho. Si hubiese sido exitosa esas reglas mínimas de buenas costumbres y urbanidad serían parte del paisaje urbano.

 

Lo más sorprendente del caso es que no se trata de un fenómeno de mala educación exclusivo de cierto tipo de gente. No, es generalizado sin importar escolaridad o jerarquía en una empresa.

 

Es más, me atrevería a decir sin generalizar que entre más importante es el sujeto en una organización, mayor es su paranoia digital y, por ende, su mala educación de socialización física.

 

Usted será capaz durante el desayuno o la comida de esta tarde dejar su celular para atender al 100% a su(s) acompañante(s).