PEKÍN. China celebró por segundo día a puerta cerrada, la reunión más importante del año del Partido Comunista (PCCh) en la cual se prevé que fije la agenda de las reformas que deberá llevar a cabo durante los próximos años con objeto de desprenderse del actual modelo de desarrollo, basado en la inversión y las exportaciones, a otro más ligado al consumo interno en un momento en el que tratan de impulsar un crecimiento más sostenible después de alrededor de 30 años de vertiginosa expansión.

 

La reunión, celebrada bajo estrictas medidas de seguridad en un hotel del oeste de Pekín, tiene altas expectativas, ya que un alto cargo chino anunció a medios de comunicación que serían medidas "sin precedentes" en el campo económico y social.

 

Las reformas económicas dominarán la reunión del Comité Central del Partido Comunista chino, compuesto por 205 miembros. Se espera que nada o muy poca información se dé a conocer durante el encuentro, aunque la agencia oficial de noticias Xinhua tradicionalmente emite un comunicado el último día.

 

El presidente, Xi Jinping, y el primer ministro, Li Keqiang, buscan impulsar nuevos motores de crecimiento, ya que la segunda mayor economía del mundo perdió fuerza en medio de una sobrecapacidad industrial, una enorme deuda y una fuerte alza de los precios inmobiliarios.

 

Entre los temas a tocar se espera que esté el de la reforma del "hukou", dado la importancia de flexibilizar este permiso de residencia local para alcanzar acabar con la discriminación que sufren los emigrantes rurales en las urbes y la dificultad que ello entraña.

 

Y es que el "hukou", con más de 60 años de implantación en China, se ha vuelto un problema para el actual proceso de urbanización del país.

 

Se trata de un permiso de residencia que implica que los ciudadanos chinos pierdan derechos al emigrar a las ciudades como la asistencia médica o la educación, por lo que muchos consideran que, a pesar de que la población urbana superó por primera vez a la rural en 2011 en China, el país aún no es urbanita.

 

Los dirigentes comunistas ya adelantaron que la reforma política -derechos humanos, independencia del sistema judicial, libertad de prensa- no está en la agenda.

 

Otro de los temas centrales es la tierra. La Constitución establece que las tierras de cultivo son colectivas. Los campesinos explotan los terrenos con una especie de contrato de cesión de 30 años. No pueden vender, ni hipotecar, ni alquilar su parcela. La recalificación y venta de tierras constituye la principal fuente de ingresos para los municipios.

 

Un 16% de la población ha sufrido en carne propia un proceso de expropiación de tierras o del domicilio, según un reciente informe de la Universidad Tsinghua. Las expropiaciones, además, son la principal fuente de disturbios en el país.

 

Xinhua dijo que la profundización de las reformas significa que éstas serán "más sistemáticas, integradas y coordinadas", aunque no dio más detalles.

 

El Centro de Investigaciones para el Desarrollo, un organismo que trabaja para el gabinete chino, propuso el mes pasado ocho áreas clave de reformas: finanzas, impuestos, tierras, activos estatales, bienestar social, innovación, inversión extranjera y gobernabilidad.

 

"Estas son sólo recomendaciones. Todavía hay una fuerte oposición" a las reformas propuestas, dijo a Reuters una fuente ligada a los líderes políticos y que pidió anonimato.

 

Agencias.

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