Luego de la ruptura de la alianza PRI-Panal, que dejó en solitario al partido de Elba Esther Gordillo, menudea las versiones en torno a la potencial alianza entre el magisterio y MORENA.
En un primer momento, la posibilidad parecía descabellada, sobre todo porque la profesora Gordillo era uno de los “villanos favoritos” de AMLO. Sin embargo, a la distancia, no suena locuaz y menos fuera de lugar. ¿Por qué?
Porque más allá de ideologías y doctrinas político electorales, lo cierto es que en el caso de las dos organizaciones -Panal y Morena–, su objetivo fundamental es el poder. Y si nos apuran, el poder por el poder.
En el caso del partido Nueva Alianza y de su fundadora y líder, la profesora Gordillo, está claro que el divorcio con el PRI redundará en un severo golpe político electoral. ¿La razón? Todos la conocen. Que en buena parte de su historia, el joven partido del magisterio siempre ha participado en elecciones como aliado.
EL COQUETEO
Es decir, que el potencial de una alianza del Panal con un partido mayor –de los tres grandes–, se multiplica precisamente en ese escenario. En cambio, en el otro extremo, en una alianza donde el pequeño partido va sólo, las cosas no le van bien. Más aún, existe la posibilidad de que llegue al extremo de poner en riesgo su sobrevivencia, su registro y su participación en el Congreso.
En otras palabras, que si el partido de la señora Gordillo acude en solitario a la contienda federal de 2012, corre el riesgo de convertirse en un mero partido testimonial, lo que está muy lejos de las ambiciones y pretenciones de su fundadora.
Por eso, ese animal político que se llama Elba Esther Gordillo empezó a mover los tentáculos de su poder en dirección al que era su preferido para la contienda presidencial; nos referimos, claro, a Marcelo Ebrard. Pero, ¿de qué estamos hablando?
De un asunto que parece elemental. Que la profesora Gordillo habría iniciado contacto con los estrategas de Marcelo Ebrard, para establecer una alianza entre el poderoso magisterio del distrito Federal, y la candidatura de Miguel Ángel Mancera. ¿Descabellado?
No, esa alianza está lejos de parecer descabellada. Más aún, es una alianza lógica, de sentido común y de profundo sentido político. ¿Por qué?
Porque la potencial derrota de la candidata del PRI, Beatriz Paredes, sería el principio de la venganza de la señora Gordillo respecto al partido tricolor. Estaríamos hablando de que la “profesora” podría ayudar a derrotar al fantasma de Peña Nieto en el DF.
EL MATRIMONIO
Pero el escenario no se queda ahí. Apenas ayer, el presidente de Nueva Alianza, Luis Castro, dijo que AMLO “es un político que ha aportado a la democracia al traer a la agenda, sobre todo en el proceso electoral anterior, muchos temas que tenían que ver con algo que coincidimos, que es la necesidad de combatir las desigualdades sociales”, lo que amplia el horizonte de esa fuerza política. ¿A dónde vamos?
Precisamente a donde pretende llegar Luis Castro; a una alianza entre la señora Gordillo y Andrés Manuel López Obrador. ¿Descabellado? No, tampoco en este caso estamos hablando de una locura. Y es que, como todos saben, los tiempos que vive hoy la candidatura de Andrés Manuel López Obrador, son los tiempos del “renegado”.
Es decir, que Andrés Manuel hoy niega todo aquello que cuestionó antes de julio de 2006; hoy ama a todos aquellos que odiaba antes de julio de 2006, y hoy extiende su “mano amiga” a todos aquellos a los que desdeñó en esa fechas. ¿Por qué?
Porque el poder, la ambición sin límites y la obsesión presidencial hacen milagros; el milagro de la fe y del amor.
Eso quiere decir que, si López Obrador requiere una alianza con la señora Gordillo, –para romper el impasse que lo mantiene en tercer lugar en las encuestas–, sin dudarlo un segundo aprobará esa alianza.
Eso sí, seguramente será una alianza en lo “oscurito”. ¿Por qué? Porque si bien López Obrador es capaz de comer sapos y serpientes, tampoco es un suicida.
En otras palabras, que si AMLO requiere una simulación como las que acostumbra –al estilo de Juanito–, no lo dudará, con tal de alcanzar los votos que lo lleven a su sueño de toda la vida; la presidencia de la república.
EN EL AMOR TODO SE VALE
Aparece, entonces, la gran pregunta. ¿Será capas la señora Gordillo de un acuerdo como ese, con una simulación de por medio?. Por supuesto. Y es que esa es precisamente la parte más cuestionable de una potencial alianza entre AMLO y la profesora Gordillo.
Es decir, que los dos políticos; los dos ejemplos inmejorables de lo que es un animal político –en términos aristotélicos–, son capaces de lo que sea para alcanzar sus objetivos de poder. Y lo que sea, es lo que sea.
Y sólo es cuestión de tiempo para saber si se confirma o no esa alianza.
Por lo pronto, en el Partido Nueva Alianza no pierden el tiempo. Están en una intensa búsqueda de candidatos a puestos de elección popular, sobre todo de primer nivel; como candidato o candidata presidencial, a jefa o jefe de gobierno, a senadores, gobernadores… Claro, por lo que pudiera ofrecerse.
¿Y que tal una candidata presidencial, que ya fue jefa de gobierno?. ¡Eso dicen!.
¿Cara o Cruz?
¿SE ACUERDAN?
Hace 6 años, los candidatos presidenciales y sus incipientes campañas dejaban claras muy pocas cosas. Que si abrirían Pemex a la inversión privada, que si bajarían los impuestos, que si mejor los subían; que si habría debate o que si mejor no.
En realidad, lo único que parecía claro es que los procesos electorales y los partidos políticos eran y son excesivamente caros.
Por ejemplo, en 2006, el IFE otorgó a los partidos 4mil 20 millones de pesos para gastos de campaña. Y al parecer, mucho de ese dinero sirve para muy poco.
Y es que, según un monitoreo del órgano electoral, los tres precandidatos que más gastaron en publicidad durante los últimos meses de 2005, fueron Arturo Montiel del PRI, Bernardo de la Garza del Verde y Santiago Creel del PAN; cuyo único punto en común es que ninguno llegó al cargo por el que invirtieron millones.
ricardo.aleman@24-horas.mx | @ricardoalemanmx
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