El 25 de marzo de 1994 el entonces gobernador Emilio Chuayffet Chemor recibió una llamada de Los Pinos.
Por instrucción superior recibió una pregunta:
-¿Estarías dispuesto a apoyar cambios a la Constitución para permitir la postulación de un secretario de Estado para presidente de la República en lugar de Luis Donaldo Colosio?
Chuayffet Chemor no lo pensó:
-Por favor, transmítale literalmente al señor presidente mi opiniónpersonal: un país que cambia su constitución para favorecer a una persona, es un país bananero. Y México, en mi opinión, no es un país bananero.
A Carlos Salinas no le gustó esta respuesta, pero tampoco le satisfizo la oposición generalizada a convocar al Congreso de la Unión para un periodo extraordinario, a fin de, dicen los políticos de aquel tiempo, abrir las puertas de Palacio Nacional a Pedro Aspe Armella, secretario de Hacienda.
No se pudo modificar la ley superior, a fin de eliminar el requisito de haber abandonado el cargo seis meses antes de la elección y, en la emergencia, Ernesto Zedillo fue lanzado sobre el cadáver de Colosio.
Aquella historia se repite hoy, pero a nivel partidista.
LOS CHUCHOS YA CONDICIONARON A CÁRDENAS
Les llevó tiempo, pero los dirigentes de Nueva Izquierda (NI) ya tienen la respuesta:
Cuauhtémoc Cárdenas no agitará al perredismo.
No caerá en la estrategia de René Bejarano y su tribu, Izquierda Democrática Nacional (IDN), de impulsar la modificación de los documentos básicos para repetir como presidente del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
No se prestará para, con un cambio estatutario de emergencia so pretexto de recuperar la unidad interna perdida, servir de instrumento para quitar el control perredista a la corriente de Los Chuchos.
Valga el silogismo: Cárdenas no quiere convertir al PRD en una fuerza bananera.
Eso no elimina, sin embargo, la posibilidad de cambiar la norma perredista para permitir la reelección de dirigente -sucesiva o con alternancia de por medio- o cambiar algunas reglas de un partido tan rígido.
Pero eso tendrá vigencia futura, no inmediata, lo cual monta en caballo de hacienda a la corriente de Jesús Ortega y Jesús Zambrano para retener el mando del partido a través del guanajuatense Carlos Navarrete.
El camino será despejado en Oaxtepec en dos fines de semana, del 21 al 24 de noviembre, con mil 600 consejeros llegados de todo el país a Morelos.
Después les será fácil deshacerse de Marcelo Ebrard, Carlos Sotelo o quien busque la presidencia hoy detentada por Zambrano.
OSORIO CHONG Y LAS PREGUNTAS RECURRENTES
1.- Miguel Ángel Osorio Chong no hará anuncios espectaculares hoy en su comparecencia en el Senado de la República.
Va a responder preguntas y, como en todas sus entrevistas, hablará de mil y un temas porque mil y un asuntos dependen de su decisión.
2.- A nadie debiera sorprender la ausencia del eufemísticamente llamado desfile deportivo del 20 de noviembre, en realidad una marcha de burócratas color papel de china y panza de taqueros.
Se canceló desde Vicente Fox porque así lo mandaban los “tiempos democráticos”, según explicó el entonces vocero Rubén Aguilar.
En su mandato desaparecieron también los desfiles obreros del 1 de mayo.
Y 3.- el Partido Revolucionario Institucional (PRI) exhibe en Tabasco su grave crisis.
Encarcelado el ex gobernador Andrés Granier, sus ex colaboradores y amigos integrantes del Consejo Político Estatal, a quienes él designó, se disponen a elegir al nuevo dirigente entre dos prospectos principales: Eruviel Pérez Alonso y Evaristo Hernández.
El primero representa a una nueva generación de priistas, mientras el segundo, ex alcalde de Villahermosa, es uno de los acusados de malos manejos por la Secretaría de la Función Pública (SFP).
Si los consejeros ignoran el desprestigio de Hernández, desde ahora el PRI puede darse por derrotado en las elecciones intermedias de 2015 y las presidenciales y gubernativas del 2018.