El candidato oficialista a la Presidencia de Costa Rica, Johnny Araya, dijo que si gana las elecciones renovará su partido para recuperar su proyecto socialdemócrata y la legitimidad del Estado, perdida en los últimos años en parte por la mandataria Laura Chinchilla.
“Tiene su cuota de responsabilidad, la presidenta y nuestro propio partido. Yo he venido hablando de una renovación del Partido Liberación Nacional (PLN), tiene que renovar sus compromisos, sus ideas, sus liderazgos, recuperar su proyecto socialdemócrata”, dijo en una entrevista con la agencia EFE en la capital mexicana.
Quien fuera alcalde de San José durante dos décadas es ahora el favorito para ganar los comicios del 2 de febrero próximo, cuando unas tres millones de personas elegirán al presidente y a los 57 diputados de la Asamblea Legislativa para el periodo 2014-2018.
Este ingeniero de 56 años es crítico con la gestión de su partido durante los dos últimos mandatos. “Tenemos que ser capaces de hacernos una autocrítica porque, a pesar de ser Gobiernos nuestros en Costa Rica, ha habido un estancamiento de la pobreza, un crecimiento de la desigualdad y hemos tenido hechos de corrupción”, apuntó.
En su opinión, ello ha causado la pérdida de legitimidad, unido a los enfrentamientos para hacer la gestión pública y a la incapacidad de hacer obra pública.
“Sin duda alguna son elementos que han golpeado la legitimidad del Estado y que hacen que muchos ciudadanos se mantengan distantes de un proceso electoral como el que estamos viviendo”, dijo Araya.
Si el candidato del PLN logra la Presidencia, sería la primera vez que un mismo partido gana tres elecciones consecutivas. Sin embargo, advirtió que aunque se trate de la misma fuerza política, “no va a ser el mismo Gobierno”.
“Hay diferencias de enfoque de la realidad nacional, de prioridades, de retos y de equipo”, aseguró el político, cuyos tres grandes retos serán la “ingobernabilidad” existente, ya que “la democracia ha perdido capacidad de funcionar”, la desigualdad social y el crecimiento económico.
En este último tema, Araya cree que Costa Rica necesita “un ajuste en el modelo de desarrollo”, pues el actual, en el que priman la diversificación de las exportaciones y la captación de inversión extranjera directa, “ha generado crecimiento económico, pero no desarrollo social”.
“Creemos que no se trata de abandonar ese modelo exitoso, sino de hacer un ajuste para que podamos darle un mayor impulso a lo que nosotros llamamos la otra turbina de la economía, que es el sector de la economía tradicional”, apuntó.
Así, tiene planeado establecer políticas de generación de empleo, impulsar créditos para las pequeñas y medianas empresas y hacer una inversión social “más efectiva”.
Sobre temas sociales polémicos, Araya coincide con Chinchilla en su rechazo al aborto y al matrimonio entre homosexuales.
Sin embargo, admitió que estaría dispuesto a hacer alguna concesión, como aceptar las “sociedades de convivencia” para tutelar los derechos de las parejas del mismo sexo e impulsar un debate sobre la despenalización del aborto en caso de violación.
“No me cierro a que el país pueda debatir en torno al aborto por violaciones. Creo que el país debe generar espacios para que se abra un debate en torno a dar un paso adicional que el país tendría que considerar”, dijo.
Araya se encuentra en este país para conocer detalles del funcionamiento del Pacto por México, el acuerdo firmado por los principales partidos para impulsar las reformas estructurales, algo que le gustaría aplicar en Costa Rica, pese a que el escenario es “más complejo” y “con más actores involucrados”.
“El próximo Gobierno debe ser de convergencia nacional”, ya que algunos de los problemas que afronta el país “tienen tanta gravedad que difícilmente pueden ser resueltos con la hegemonía de un solo partido, por lo que hay que abrir espacios para el diálogo”, aseveró.
Araya cree que su clara ventaja en la carrera por la Presidencia se debe a sus años como alcalde, más que por la crisis del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), el más importante de la oposición, cuyo candidato Rodolfo Hernández renunció unos días después del inicio de la campaña por diferencias con la cúpula de esa formación.
“La gente ve en mí atributos que tal vez no está viendo en otros líderes políticos. Alguien que tiene trayectoria, que tiene obra, que ha apostado más los hechos que a las palabras, que ha demostrado carácter para ejecutar y también para dialogar y siento que esas cosas me han permitido mantenerme en primera posición”, apuntó.