Los hombres de negocios más poderosos de este país están a favor de que se aprueben los contratos de producción compartida en la reforma energética.
“Vemos viables los contratos de producción compartida y las licencias como un factor indispensable y fundamental para dar certidumbre jurídica y atraer inversiones”, dijo Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
“No podemos quedarnos con una reforma energética corta, que nos saque del apuro ahorita, pero que en las próximas generaciones se tengan problemas”, señaló el empresario en una entrevista, tras reunirse el viernes pasado con Luis Videgaray, secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Dijo que es necesario aprobar una reforma energética de fondo y que atienda las necesidades del sector productivo y del país en los próximos 50 años.
“Nuestra posición es que haya una gama de contratos en exploración y después en producción atractivos para los inversionistas”, dijo por su parte Juan Pablo Castañón, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
Agregó que es necesario aprobar este año la reforma energética y trabajar las leyes secundarias.
“Si hay una buena reforma energética se atraerán flujos de inversión anuales por 35 mil millones de dólares”, manifestó Castañón.
“Esperamos que los senadores encuentren una fórmula más agresiva y ambiciosa para que haya mayor apertura en el sector energético de México”, añadió el presidente de la Coparmex.
AVANZA REFORMA MÁS AGRESIVA
El viernes 15 de noviembre, 24 HORAS informó que los senadores del PRI están abiertos a discutir los contratos de producción compartida.
“Nosotros estaríamos en la tesitura de discutir los contratos de utilidad compartida y de producción compartida. Evidentemente no coincidimos en la posición de concesiones, pero al final del día debemos aprovechar este tiempo e impulso para modernizar un sector estratégico”, afirmó José Francisco Yunes Zorrilla, presidente de la Comisión de Hacienda y Crédito Público de la Cámara de Senadores.
El gobierno de México está negociando una reforma energética más ambiciosa que la propuesta en un inicio, adelantaron The Wall Street Journal, Bloomberg y el Financial Times hace unos días.
“Los contratos de ganancias compartidas —en que toda la producción va al Estado— podrían ser útiles para campos petroleros de bajo riesgo. La producción compartida —en que la producción se reparte entre el Estado y la empresa privada— podría usarse para campos más riesgosos. Los negociadores también están esbozando un tercer tipo de contrato de licencia para los campos en aguas ultra profundas y gas de esquisto (shale), en los que la empresa controlaría el petróleo tras pagar regalías e impuestos”, informó The Wall Street Journal.
“Si la reforma energética es aprobada, México pasaría de ser un mercado energético controlado por una sola entidad, la estatal Petróleos Mexicanos, o Pemex, a un mercado basado en la competencia, en que las empresas privadas podrían explorar y producir hidrocarburos por su cuenta, bajo un contrato con el Estado mexicano. Esto también aplicaría a Pemex, que seguiría siendo un importante jugador estatal con derechos preferentes para presentar ofertas por bloques petroleros”, agrega el diario estadunidense.
El Financial Times informó por su parte que bajo las discusiones que mantienen el PRI y el PAN, el estado será capaz de decidir los términos de los contratos que se ofrecerán para cada proyecto, en lugar del plan inicial propuesto, que hablaba de acuerdos para la compartición de ganancias, algo que decepcionó a los inversionistas.
RECUPERÓ EL INTERÉS
La nueva propuesta de reforma energética que negocia el PRI y el PAN, que incluye concesiones a la medida para la explotación de crudo y gas, recuperó el interés de los inversionistas nacionales y extranjeros.
Benito Berber, director ejecutivo en el banco global de inversiones Nomura, fue uno de los primeros expertos que se sorprendió con la noticia de The Wall Street Journal. Dijo que pocos reparaban en el gigantesco impacto potencial de una reforma energética que incluya contratos de producción compartida o incluso licencias, algo similar a concesiones, lo opuesto a los acuerdos de compartición de ganancias, que era la propuesta original del gobierno de México.
El también Senior Latin America Strategist de dicha institución, dijo que esa posibilidad que se abre es muy importante.
“Eso es muy importante, porque el inversionista que quiera meterse, por ejemplo, a aguas profundas, va a requerir un poco más de certidumbre, respecto al contrato. Tal vez esa certidumbre se la dé un contrato de producción compartida”, dijo Berber.
El economista explicó que en producción compartida, por ejemplo, un privado dice en una subasta pública en dónde quiere invertir, en qué pozo o área de aguas profundas. Ofrece una postura, compiten, y el que le dé más recursos al gobierno gana.
“Eso quiere decir que lo que saquen de la producción, digamos que la postura ganadora es 30-70, esa postura entonces, de lo que saquen, el privado se queda con 30 y el gobierno se queda con 70. Ahora, el que pone las condiciones es el gobierno. La producción la comparten en ese porcentaje, pero acabado el proyecto, digamos, todo eso sigue siendo de la nación”, explicó el estratega de Nomura.
Otro de los esquemas es el de beneficio compartido. Se saca el petróleo y una agencia nueva, que no tiene nombre, que se tendría que crear, vende el crudo y le da el dinero al privado.
Algunos privados han mencionado que preferirían producción compartida, porque así pueden controlar cuándo venden el petróleo. A quién se lo venden. Eso les daría un poco más de flexibilidad. De la otra manera, ellos entregan el petróleo, la agencia vende el petróleo, según estipulaciones de la misma agencia, y la ganancia se reparte entre Pemex y la empresa.
“El hecho de que haya diferentes contratos podría implicar mayor inversión, porque entonces hay más flexibilidad para el privado”, dijo Benito Berber.
“Es necesario usar los distintos modelos de contratos usados en todo el mundo para tener el máximo éxito en el aprovechamiento de energía”, señaló Claudio X. González Laporte, presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocio (CMHN).
Reiteró que los contratos de producción compartida deben tomarse en cuenta:
“Definitivamente se usan en muchas partes del mundo con mucho éxito”.
Gerardo Gutiérrez Candiani insistió en que la reforma energética es urgente.
“Es necesario terminar el proceso de discusión de la reforma energética de aquí a diciembre y aprobarla. Porque no sabemos las condiciones del próximo año”, manifestó el presidente del CCE. “Si hoy tenemos un proceso reformador, pues la reforma que más nos interesa es la energética y vamos hacer todo lo que está en nuestras manos para que se apruebe”.
“Vemos viables los contratos de producción compartida y las licencias como un factor indispensable y fundamental para dar certidumbre jurídica y atraer inversiones”
Gerardo Gutiérrez Candiani,
presidente del Consejo Coordinador Empresarial.
“Nuestra posición es que haya una gama de contratos en exploración y después en producción atractivos para los inversionistas”
Juan Pablo Castañón,
presidente de la Coparmex.