BEIRUT. Las Brigadas de Abdalá Azzam, grupo vinculado a Al Qaeda, se adjudica la responsabilidad por los letales ataques suicidas cerca de la embajada de Irán en Beirut, capital de Líbano, que mataron a 23 personas, entre ellas un diplomático iraní, y dejaron heridas a más de 140.
En un “mensaje de sangre y muerte” a Teherán y Hezbolá, dos actores que apoyan al presidente sirio Bashar al Assad.
“Fue un doble atentado en el que dos de nuestros héroes, sunitas del Líbano, se sacrificaron como mártires”, escribió Sirajedin Zreikat, un responsable del grupo yihadista, en la red social twitter.
Aseguraron que fue en venganza por el apoyo de Hezbolá a las fuerzas de Al Assad en sus combates contra los rebeldes, que en su mayoría son sunitas, en momentos en que la guerra civil de la vecina Siria se convierte cada vez más en un enfrentamiento entre las potencias regionales.
El doble atentado con bombas en un vecindario predominantemente chiíta de Beirut arrastró aún más al Líbano en un conflicto que ha exacerbado las profundas divisiones del país, y se produce mientras las tropas de Al Assad, con la ayuda de combatientes de Hezbolá, arrebataron a rebeldes una población clave cerca de la frontera libanesa.
Las explosiones fueron unas de las más letales en una serie de ataques que han tenido como blanco a Hezbolá y los bastiones chiítas en el Líbano en meses recientes.
Las explosiones a la media mañana sacudieron el elegante barrio de Yaná, un bastión de Jezbolá que alberga embajadas y apartamentos de lujo, y dejaron cadáveres y charcos de sangre en las calles, en medio de escombros, pedazos de vidrio y automóviles incendiados. Más de 140 personas resultaron heridas, dijeron las autoridades.
En el caos que siguió, los voluntarios trataban de extinguir cuerpos aún en llamas cubriéndolos con prendas de vestir y mantas.