Ayer, de forma sorpresiva y con una breve explicación oficial, se dio a conocer que “apareció” sano y salvó el colombiano John Jairo Guzmán Velázquez, secuestrado exactamente dos meses antes por policías capitalinos en la colonia Narvarte.

 

Cómo se escapó de sus captores, por qué lo secuestraron, dónde estuvo durante ocho semanas, o si hubo pago de algún rescate, son interrogantes que la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) no aclaró, pues dijo que el extranjero es una víctima y por lo tanto la información es reservada.

 

“Se encuentra bajo custodia de elementos de la Policía de Investigación en la embajada de la República de Colombia en México (…) lo que nos refiere es que él llega por su propio pie (a la embajada) de la evasión que hace de sus captores”, dijo el procurador Rodolfo Ríos Garza.

 

La PGJDF recibió ayer el aviso de dicha representación diplomática sobre la aparición de Guzmán Velázquez, por lo que envió personal de la policía de investigación y de la Fiscalía para la Atención del Secuestro (FAS) responsable de la indagatoria, para verificar la condición del extranjero.

 

“La FAS aplicó el protocolo de atención a víctimas de secuestro, entre las que destaca la valoración médica que concluye condiciones de salud estables e integridad corporal plena (del colombiano). Asimismo, recibió atención del abogado victimal, psicólogo y personal de trabajo social de esta institución”, dijo el procurador.

 

Caso abierto

 

Aún con la aparición de la víctima la investigación por este caso sigue abierta en la Fiscalía Antisecuestros de la PGJDF, ya que hay policías y civiles involucrados en que no han sido detenidos, y aspectos como el móvil sigue sin resolverse.

 

De hecho la indagatoria hasta ayer estaba en un punto muerto, luego de que el pasado 27 de octubre se consignó a Apolonio Pérez Tapia, adscrito a la Dirección General de Inspección Policial de la Secretaria de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF), y a un taxista de nombre Bernardo Barbosa Hernández, por su participación en el plagio.

 

El secuestro del colombiano, que fue visto por todo mundo gracias a un video tomado por un testigo con un celular y luego subido a internet, fue perpetrado por al menos diez personas que viajaban en cinco vehículos distintos.

 

Uno de esos autos era el vehículo Chevy en el que viajaba la víctima junto con el policía Pérez Tapia, quien previamente se había puesto de acuerdo con sus cómplices para cometer el secuestro.

 

Autoridades de la SSPDF confirmaron a 24 HORAS que los policías preventivos que estuvieron involucrados y viajaban en motocicletas, apagaron premeditadamente el localizador GPS del radio de sus unidades para cometer el secuestro.

 

Hasta ahora siguen prófugos los policías capitalinos Víctor Manuel Benítez Garduño, David Ortega Cortés y Ulises Avelino Hernández García, quienes ya no regresaron a trabajar después del plagio. El resto de los involucrados, entre los que también podría haber un policía federal, no han sido plenamente identificados.

 

El colombiano secuestrado no tenía antecedentes penales, aunque en la PGJDF no descartaba que pudiera haberse dedicado a actividades ilícitas en México y eso hubiera derivado en su plagio.

 

Embajada en calma

 

La tarde de ayer, las instalaciones de la Embajada de Colombia, ubicadas en Paseo de la Reforma, donde se encontraba John Jairo Guzmán Velázquez, lucían en calma y sin presencia policial significativa.

 

Personal de seguridad de la instalación diplomática confirmó a 24 HORAS que el extranjero permanecía aún en dicho edificio. Lo que si se limitó fue el acceso incluso para ciudadanos colombianos, a los que se informó que había una “junta de los funcionarios para verificar aspectos técnicos” y se les pedía regresar este jueves.