La lucha en el perredismo va más allá de la elección interna.
No se trata solamente de controlar los órganos decisivos del PRD, hoy y desde hace tiempo en poder de Los Chuchos o Nueva Izquierda.
A la primera derrota presidencial, contra la recomendación de seguidores moderados, el tabasqueño reaccionó con un plantón de carpas de Zócalo a Chapultepec con el consecuente saldo negativo para el PRD.
-Esquizofrenia -definió El Chucho Mayor Jesús Ortega.
Esa actitud intolerante facilitó el control de Los Chuchos, quienes despacharon al pejista Leonel Cota y a partir de ahí han detentado la presidencia del partido: Guadalupe Acosta Naranjo, Jesús Zambrano, Jesús Zambrano…
Y ya está en la antesala Carlos Navarrete.
Sin amenaza alguna, porque Marcelo Ebrard y Carlos Sotelo no son dos tipos de cuidado.
CON LA VISTA PUESTA EN 2015 Y 2018
La cúpula chuchista no da por aceptada la reforma estatutaria para propiciar el regreso de Cuauhtémoc Cárdenas.
-Nuestro candidato es Carlos Navarrete, nadie más –me dijo todavía ayer un dirigente de Nueva Izquierda.
Sin embargo, hay disidencias en la tribu.
Algunos piden debatir la conveniencia de modificar la norma interna con un objetivo: detener la sangría interna hacia Morena de Andrés López.
Eso supone conformar alianzas.
Por cómo se mueven las negociaciones, es posible adelantar los dos frentes del próximo fin de semana en el Congreso Nacional: la gente de Andrés López, Marcelo Ebrard y René Bejarano medirán fuerzas contra Los Chuchos, Miguel Mancera y Cuauhtémoc Cárdenas.
Con una acotación: con su habilidad de siempre, Bejarano y su IDN juegan en ambos bandos -con el pie izquierdo en uno, derecho en otro- y se moverán como mejor les convenga.
Las negociaciones les marcarán dónde apostar más, pero ganan menos en el frente Chuchos-Mancera-Cárdenas porque precisamente Los Chuchos buscan compromisos para hacerse de delegados y diputados locales y federales en 2015 y la Jefatura de Gobierno en 2018.
Quieren quitar a Bejarano y su IDN de jurisdicciones.
Lo definieron desde su injerencia para el fondo de capitalidad del GDF, al cual accedieron gustosos la administración de Enrique Peña y el secretario de Hacienda, Luis Videgaray.
Y por su conducto, obvio, el PRI.
NIEGAN AMPARO A MANUEL FUENTES
1.- Manuel Fuentes Muñiz perdió ayer una lucha más por hacerse de la CDHDF.
Impugnó ante la justicia la elección Perla Gómez Gallardo pero el Décimo Tribunal de Distrito en Materia Administrativa desechó su demanda de amparo por “manifiesta e indudablemente improcedente”.
2.- A Gabino Cué no le resultó su estrategia –“simulación”, dicen sus críticos- para mostrar una ciudad de Oaxaca pulcra y sin vendedores ambulantes durante el Congreso Mundial de Ciudades Patrimonio de la Humanidad.
Con el apoyo del alcalde panista Luis Ugartechea, mandó tapar los hoyos mayores –“Oaxaca te recibe con los baches abiertos”, dicen leyendas- y acordó el encierro de comerciantes callejeros del Centro Histórico durante ocho días.
Pero los reconstructores de la APPO salieron a la calle y afearon la fiesta.
3.- Rubén Moreira recordó sus tiempos de presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados y ha tomado decisiones en ese sentido en Coahuila.
Ya mandó una iniciativa para desaparecer la figura del arraigo en su estado porque, explicó, es violatoria del principio de presunción de inocencia.
Y hoy presentará su Programa Estatal de Derechos Humanos, cuyo único antecedente es el Distrito Federal con Miguel Mancera.
Entre los invitados está el obispo crítico Raúl Vera y el Alto Comisionado de la ONU.
Y 4.- los proveedores de la PGR narran con estupor cómo un supuesto amigo del titular Jesús Murillo Karam se ofrece como intermediario para manejar contratos.
Ya se arregló con los responsables de recursos materiales de la institución, asegura.
¿De verdad?