México ya perdió un tercio del bono demográfico por el rezago educativo que padecen estudiantes de secundaria y bachillerato. No obstante, todavía puede rescatar una parte de este bono si con la reforma logra mejorar la calidad, advirtió el ex subsecretario de Educación Media Superior, Miguel Székely.

 

En entrevista, refirió que en los últimos años el gobierno federal hizo un esfuerzo por aumentar la cobertura de la educación, pero no dio prioridad al tema de la calidad, por lo cual los jóvenes que hoy cursan primero de secundaria o primero de bachillerato tienen seis y nueve años, respectivamente, de rezago “irreversible”.

 

De acuerdo con el Segundo Informe de Progreso Educativo en México, elaborado por Székely y el Tecnológico de Monterrey, la calidad educativa está reprobada: a nivel nacional el promedio es de 3.3 puntos de 10 posibles, pero por nivel educativo en primaria tiene 4.2 punto de 10 posibles, mientras que en secundaria es de apenas 1.9 y 3.9 en educación media superior.

 

El documento señala que Michoacán, Oaxaca y San Luis Potosí son los que más rezago presentan, mientras que Chiapas, Durango y Sonora son las entidades con mayor puntaje y nivel educativo.

 

En entrevista, el especialista refirió que el rubro se midió acorde con el aprendizaje de los alumnos y los resultados de la prueba Enlace, que permitieron hacer un comparativo a nivel nacional. Y si bien hay una mejora en los resultados, éstos todavía son muy bajos.

 

Incluso, apuntó que al medirse con otros países a través de la prueba PISA –cuyos resultados se presentarán el lunes próximo-, México queda por debajo de naciones como Corea o Finlandia, que tienen una calificación de siete u ocho.

 

“Al ritmo que va, a México le tomaría 35 años alcanzar el nivel educativo que tiene Corea en este momento y considerando que no siguiera avanzando, lo cual no es posible. Es decir para 2050 tendríamos el nivel actual de ese país”, aseguró Székely.

 

No obstante, en ese tiempo se perderían cuatro o cinco generaciones de estudiantes, que continuarían con un desempeño y aprendizaje bajo, lo cual representaría un desperdicio del bono demográfico.

 

La reforma educativa, dijo, está en la línea correcta para mejorar la calidad de los docentes, como ha ocurrido en otras naciones, siempre y cuando comience a funcionar a partir de 2015, como se tiene previsto. “Podemos rescatar algo del bono bajo un escenario en el que todo salga perfecto y tengamos un sistema educativo de calidad en un par de años”.