Si la invasión regiomontana que se prepara para asaltar el Azteca el fin de semana carga con un esqueleto de tigre, literalmente, y lo pone en la explanada del estadio, bien puede que le saque un susto, del pico hasta las plumas, al águila que le espera. No por nada Tigres es el único equipo que ha podido vencer a los amarillos en el coloso capitalino en las dos últimas temporadas: 20 partidos en que el América, ha caído sólo una vez, sí, ante su rival del próximo domingo.

 

No es el único dato. Y es que si algo distinguió a Miguel Herrera a su llegada a los emplumados, fue romper con cuanta jettatura se topó, igual si se trataba de Chivas, Cruz Azul o Pumas o la malaria que impedía ser campeón a los azulcremas: el Piojo todo lo rompió, pero en medio de los récords que acumula Herrera, aparece un zarpazo. En los casi tres años que tiene el Piojo al frente de América, sólo hay un equipo que ha vencido tres veces a su equipo; y sí, una vez más adivinó usted: ese equipo es Tigres.

 

“Soñé que te ganaba como no te he ganado”. Debe ser el sueño recurrente que el timonel americanista tiene una y otra vez en la semana previa al duelo de vuelta del próximo domingo. Después de todo, es Tigres, apenas el primer obstáculo para culminar la tarea del bicampeonato para partir como como jefe a un Tri que lo espera cual mesías para el sueño de la Copa del Mundo Brasil 2014.

 

Y ahí está el obstáculo regiomontano y el peculiar grito de su legión de seguidores “Tigueeres, tigueeres”, así, con e alargada y la erre dislocada; un equipo que por encima de los enconados rivales americanistas, sí les provoca dolores de estómago y escalofríos.

 

Basta recordar los fantasmas del siglo pasado, o algunos no tan empolvados de hace unos años. El primero, como sacado de un cuento de Dickens, data de la campaña 1981 – 1982, cuando con los shorts apretaban casi hasta las nalgas, y ese triángulo invertido sobre el pecho que portaba el América. En las semifinales de aquel torneo, los felinos echaron a las nacientes Águilas para abrirse paso hasta el título, que una semana más tarde ganarían al Atlante.

 

Fueron 23 años los que pasaron para que felinos y emplumados volvieran a chocar en la Liguilla. ¿El torneo? Apertura 2005. Situación: prácticamente la misma que transcurre hoy en día. América había sido campeón en el Clausura 2005, como ahora lo fue en el Clausura 2013. Campeón reinante que terminó superlíder en aquel 2005, como ahora en el 2013, y por ende enfrentó al octavo clasificado: Tigres, en el pasado, y en el presente.

 

La diferencia fue que en el partido de ida, América aplastó 3-1 a Tigres en el Volcán, y con todo a su favor llegó al Azteca como favorito para ser semifinalista, pero una épica actuación felina echó a los amarillos que perdieron 4-1 la vuelta para ser eliminados.

 

Por si fuera poco, queda aún pendiente el reto que lanzó Ricardo Ferretti cuando Miguel Herrera fue nombrado técnico de la Selección. El bigotón dijo que ahora sí, él quería el puesto.

 

Aunque las posibilidades de que Herrera no sea nombrado técnico tricolor son casi nulas, si queda mal parado a causa de Ferreti, con la consecuente eliminación de su equipo, las consecuencias en este futbol mexicano que tiene de todo menos lógica, son impredecibles.

 

La historia actual tiene a Tigres y Águilas empatados a dos. Al América le basta con un empate para avanzar, pero el fantasma felino, obligado a ganar, persiste. De ahí el sueño recurrente del Piojo: soñé que te ganaba como no te he ganado, y la treta felina: pongan un esqueleto de tigre en la explanada del Azteca.