Cuando Andrés Manuel López Obrador anunció en pleno zócalo que él mismo iba a estar en el cerco al Senado y que se iba a quedar ahí “todo el tiempo…, no me voy a mover…”, ¡un rugido se alzó en la Plaza de la Constitución!

 

Ya instantes antes el tabasqueño les había pedido que levantaran la mano aquellos que eran del DF y del Estado de México porque, les dijo, serían seguramente los primeros en llegar al llamado que les hará en cuanto se empiece a dictaminar la reforma energética.

 

De aquel zócalo prácticamente lleno (poco más de las tres cuartas partes), más de la mitad se identificaron como habitantes de la capital del país y del Edomex. Y sí, se mostraron puestísimos para incorporarse al cerco al Senado en cuanto López Obrador les avisara.

 

Muchos incluso se imaginaban ya con mochilas y tiendas de campaña acampando –a semejanza del 2006- en torno a la Cámara Alta mientras los señores legisladores corren la pluma para cambiar los Artículos 27 y 28 de la Constitución.

 

¿Esa es la idea? ¿Acampar en torno al Senado? ¿Cercar el cerco de granaderos que ya se instaló en derredor del Senado para resguardarlo?

 

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¿ACAMPARÁN COMO EN EL 2006?-  En cuanto terminó la concentración en el zócalo, le preguntamos a César Yáñez, director de comunicación de AMLO, si iban a acampar de nuevo, como ocurrió en el 2006 a todo lo largo de Reforma.

 

Nos respondió: “(Andrés Manuel) no está pensando en acampar…” Pero dijo que no se movería de ahí. ¿Qué ocurrirá si los senadores se tardan dos o tres días en dictaminar la reforma energética?, insistimos.

 

Contestó Yáñez: “Pues eso, que no se moverá de ahí…” ¿Y en dónde se van a situar, porque los granaderos ya cercaron el Senado? “En derredor…, en algún lugar cercano; en el espacio que nos permitan acercarnos”, indicó.

 

La verdad es que no nos quedó claro dónde se van a situar los seguidores de López Obrador cuando el ex candidato presidencial los convoque a cercar el Senado, porque si se dan una vuelta a la sede legislativa verán que de la embocadura a Insurgentes ya no hay paso y se levantan cortinas de acero; por la calle Paris hacia insurgentes, otro tanto; del lado que sale a Reforma, igual.

 

A como vemos las cosas, en una de esas terminan o en el monumento a la Madre o con los maestros de la CNTE en el monumento a la Revolución. Y eso, claro, si es que los senadores no buscan una sede alterna para sacar adelante la reforma de reformas.

 

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NADA DE ENCAPUCHADOS.- “No al robo de todos los tiempos”, rezaba la enorme manta que servía de fondo a ese templete en el que se congregaban Rubén Núñez, Martí Batres, Ricardo Cantú, Alberto Anaya, Manuel Bartlett, Layda Sansores, Ricardo Monreal, Jesusa Rodríguez, Luis Hernández, Rafael Barajas “El Fisgón”.

 

Ésta vez no alcanzó el dinero para las pantallas gigantes. Así que de lejos se miraban las figuras apostadas por el lado de Palacio Nacional y se escuchaba la voz de López Obrador entremezclada con los repiques de las campanas de la catedral: “¡Nada de encapuchados!, cada uno debemos estar pendientes para no permitirlo; todo debemos cuidarnos para evitar infiltrados del gobierno”.

 

No era para menos. Los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y contingentes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) sufrieron para evitar que los encapuchados se les mezclaran en su camino hacia el Zócalo. Pero para fortuna de los obradoristas, ningún incidente se sucedió durante su mitin.

 

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DÍAS DEFINITORIOS.- Muchos todavía no advierten el peligro de la entrega del petróleo a los extranjeros, decía el ex jefe de gobierno del DF desde el micrófono y subrayaba: “Estos días serán claves y definitorios en la defensa del petróleo, ¡hagan labor de convencimiento para defender la riqueza de los hidrocarburos!”

 

Les exhortaba: “No se trata sólo de vivir para contarlo, de decirnos mañana que teníamos razón, sino evitar lo inminente: conflictos y el hundimiento del país. Impedir la trágica felonía, que tiene como prólogo un acto de traición a la patria, porque cada vez es más evidente que Peña Nieto pactó en el extranjero (la privatización de Pemex) y lo único que le importa es cumplir a como dé lugar”.

 

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GEMAS: Obsequio del ex gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva: “Yo he dicho que sí quiero (dirigir al PAN), esperaremos los tiempos y estaremos en la boleta".

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