kong

Foto: AP

 

Hong Kong aumentó su numeró de millonarios. De acuerdo con la última encuesta mundial de riqueza dada a conocer por la Gestión de Patrimonio de la RBC, la isla cuenta con un 36% más millonarios de los que tenía hace un año. Pero a la par, Hong Kong también tiene una de las más amplias disparidades en el ingreso de cualquier en el planeta, por lo que el 20% de los habitantes de una de las ciudades más opulentas de Asia, ir a casa significa meterse a una jaula de metal.

 

Ese es el caso de Leung Cho-yin, un ex carnicero de 67 años, que paga al mes unos 167 dólares para alquilar una de las docenas de jaulas de alambre tejido que están amontonadas en un ruinoso departamento del barrio de clase obrera de West Kowloon.

 

Las jaulas, apiladas unas encima de otra, miden apenas1.5 metros cuadrados. Leung  y las otras 30 personas con las que comparte el cuarto no duermen en un colchón dentro de sus jaulas, sino en alfombras de bambú, o incluso linóleo usado encima de tablas de madera.

 

En un país que no tiene plan de pensiones y con alrededor del 20% de la población viviendo por debajo del umbral de la pobreza, la escasez de vivienda golpea sobre todo a los ancianos, uno de cada tres vive en la pobreza. Y la disparidad en los niveles de vida empeoró significativamente en la última década.

 

Según la Sociedad de Organización Comunitaria, una entidad de bien público, cerca de 100 mil personas de esa antigua colonia británica viven en lo que se llama “viviendas inadecuadas”. Esa categoría también incluye los departamentos subdivididos en pequeños cubículos o con compartimentos repletos de cajones del tamaño de ataúdes. Los trabajadores sociales han informado en sus visitas, han encontrado hasta 100 personas compartiendo un cuarto individual repleto de jaulas.

 

Este problema que obliga a los habitantes a vivir en condiciones de insalubridad e inseguridad deriva principalmente del astronómico aumento del precio de las viviendas y ello está agravando la situación política que enfrenta el impopular gobernador de Hong Kong, Leung Chun-ying, que cuenta con el apoyo del régimen de Pekín y que ahora enfrenta protestas por la crisis habitacional.

 

Sin esperanzas

 

Leung asumió la gobernación en julio, con la promesa de abastecer a la ciudad de hogares más accesibles, en un intento de aplacar la indignación popular luego de que los precios de las viviendas aumentaran 23% en los primeros 10 meses del 2012 y se ha duplicado desde que tocaron fondo en el 2008, durante la crisis financiera global, se duplicó, según un informe del mes pasado del FMI. El precio de los alquileres han seguido una tendencia similar.

 

En la actualidad, hay 210 mil personas están en lista de espera para conseguir vivienda pública, aproximadamente el doble de lo que había en el 2006. Dos millones 300 mil personas, una tercera parte de los 7.1 millones de habitantes de Hong Kong viven en departamentos públicos alquilados. Si se incluyen los departamentos comprados con subsidios del gobierno, la cifra alcanza a casi la mitad de la población.

 

Leung Cho-yin, quien vive en una jaula desde hace 20 años, no cree que el gobierno pueda cambiar la situación. “Siempre hablan de la misma manera. ¿Qué esperanza hay?’’, expresó Leung que apenas terminó la primaria, y durante su vida sólo pudo encontrar trabajos temporarios.

 

Su único ingreso son 4.000 HK dólares (515 dólares estadunidenses) en asistencia pública. Tras el pago de su alquiler, se queda con apenas 350 dólares estadunidenses, lo que en promedio implica unos 11.60 dólares diarios Leung, quien nunca se casó y no tiene hijos en los que se pueda apoyar, lava su ropa en un balde. No hay cocina sino una pequeña habitación con un lavaplatos. Las paredes han tomado un color ocre bajo la suciedad y el hollín de tantos años.

 

El descontento popular hacia los altos precios de las viviendas es uno de los temas principales de las frecuentes protestas antigubernamentales en China. El legislador Frederick Fung advertió que crecerán si el problema no se resuelve. La mayoría de unas 500 familias pobres que respondieron a una encuesta de Oxfam Hong Kong han estado en la lista por más de cuatro años sin recibir una oferta.