El miedo y la zozobra se apoderaron de los trabajadores del Instituto Federal Electoral (IFE) ante la inminente desaparición del organismo, e incluso los trabajadores del Instituto han planteado la posibilidad de convocar a huelga.

 

Trabajadores del órgano electoral, que hablaron a condición de no ser identificados, revelaron que aunque la desaparición del IFE ya fue aprobada por el Senado ni los consejeros ni los directivos los han llamado para explicarles cuál será su situación laboral.

 

Dentro del Instituto, explicaron, se “vive una situación de zozobra y miedo” ante el hermetismo y desatención con que los consejeros han manejado el tema de que en los próximos meses dejarán de existir.

 

“Hasta el momento no ha habido ningún acercamiento de los directivos del instituto para explicarles a los trabajadores lo que podría suceder o cuáles son los escenarios que se avecinan con la reforma”, explicaron fuentes internas a 24 HORAS.

 

Aunque la desaparición del IFE se contemplaba desde hace meses en el Pacto por México, a propuesta del PAN, no se tomaron previsiones sobre el futuro de la situación laboral de los más de 14 mil trabajadores.

 

Paro laboral

 

Las fuentes consultadas revelaron que al interior del órgano electoral temen una ola de despidos masivos, por ello plantean la posibilidad de un paro laboral para exigir a los directivos que resguarden sus derechos laborales.

 

Los trabajadores denunciaron que los más afectados serían los que están en la base operativa pues la mayoría llevan hasta 23 años, desde la creación del IFE, trabajando en la Institución.

 

Por lo cual los empleados piden una explicación de las decisiones que tomarán ante su desaparición, porque “los partidos tienen un juego perverso y la plantilla de trabajadores es lo que menos les importa”.

 

A su vez, la Contraloría Interna del IFE cuenta con un diagnóstico, en el cual, se detalla que la liquidación de la mayoría de la plantilla costaría al erario una cifra estimada de 10 mil millones de pesos. Aunado a eso se sumarían las erogaciones por el cambio de imagen a Instituto Nacional de Elecciones.

 

La cifra cercana a los 11 mil millones de pesos sólo sería para la liquidación de empleados, el cambio de más de 80 millones de credenciales, así como cambiar la imagen institucional. Sin embargo, lo que más preocupa a los empleados de a pie del IFE es lo que pasará con su situación laboral cuando se consume la reforma político-electoral.

 

El único partido que se solidarizó con la causa de los trabajadores del IFE fue Movimiento Ciudadano, que en voz de su representante, Juan Miguel Castro, pidió a los consejeros llegar a un punto de acuerdo para que aunque desaparezca el instituto se salvaguarde la estabilidad y derechos laborales de más de 14 mil burócratas.

 

Al respecto, el consejero Marco Antonio Baños dijo: “quisiera también resaltar un punto que me parece importante. El personal del Instituto Federal Electoral que sin duda es, vuelvo a insistir, la piedra angular del funcionamiento de esta institución, debe estar tranquilo porque la parte de los derechos laborales quedarán suficientemente resguardados”.

 

Se defienden demasiado tarde

 

Los consejeros del IFE prepararon un estudio técnico “al vapor”, que entregarán ayer a la Cámara de Diputados, como último recurso para evitar su desaparición, aunque la consejera presidenta María Marván, reconoció que será difícil que el Poder Legislativo lo tomé en cuenta.

 

En el estudio se enmarcan los logros democráticos de los 23 años del instituto así como las advertencias de que peligrarían los siguientes procesos electorales con la creación del INE. Sin embargo, la defensa del IFE por no desaparecer comenzó muy tarde debido a que la reforma política está en sus últimos pasos.