En el Ángel de la Independencia hubo durante 75 horas ininterrumpidas una protesta de la izquierda contra la reforma energética. Estuvieron en forma simultánea unas 200 personas, en el mejor momento, a quienes se arengaba con precisión cronológica, y se animaba a casi 100 decibeles con reciclajes infinitos del Huapango de Moncayo, Violeta Parra y Los Folkloristas, escuchados día y noche por más de 50 mil personas que viven en la zona o trabajan en el vecindario. Fue una protesta testimonial, igual a la del lunes de una decena de senadores del PRD que tomaron la tribuna por unas cuatro horas para exigir que se suspendiera el debate sobre la reforma energética.
Abundaron las fotografías para la anécdota. Pero la de los senadores va más allá. Su anatomía revela las posiciones de las corrientes y sus luchas fraternales. Entre los ausentes en la imagen, los miembros de la corriente de Los Chuchos, como se define a Nueva Izquierda (NI), que controla la burocracia del PRD. No estaban Angélica de la Peña, esposa del jefe político informal de NI, Jesús Ortega, ni Luz María Beristáin, enlace con los sectores empresariales en Cancún. Tampoco Alejandra Barrales, a quien han respaldado para ocupar posiciones importantes en el Senado.
Su ausencia es significativa por la posición de NI en el Pacto por México, que le ha generado al líder del partido, Jesús Zambrano, censuras y descalificaciones. ¿Qué han ganado con la colaboración con el gobierno? Poder e influencia, que se traducen en posiciones y control del partido. En el caso de la reforma energética, la critican de palabra, pero en los hechos, la aceptan. Sus adversarios dentro del partido entienden la dialéctica y se acomodan para reposicionarse.
La fotografía de la toma de la tribuna refleja la dialéctica. Miguel Barbosa, el chucho rebelde que es coordinador de los senadores, está enfermo, pero envió a ocupar su espacio a la tlaxcalteca Lorena Cuéllar. Barbosa busca evitar que lo rebasen quienes ambicionan su puesto y que sus viejos aliados se deshagan de él. Cuéllar quiere la candidatura al gobierno de su estado.
En el centro de la fotografía está Dolores Padierna, de Izquierda Democrática Nacional (IDN) -cuyo jefe político es René Bejarano-, que suple a Barbosa, en el uso pleno de la semiótica. Parte importante de la izquierda social, IDN cabalga en público contra la reforma energética, mientras que en privado se alía con Los Chuchos. Quieren impedir que Alternativa Democrática Nacional, la segunda corriente con más fuerza dentro del PRD, siga creciendo a costa de IDN, cuyo senador, Luis Sánchez Jiménez, ocupó un sitio discreto a la izquierda de la fotografía.
La fortaleza de Bejarano-Padierna pasa por su alianza con NI. Hace tiempo se alejaron del ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, y rompieron con el jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, que resistió sus chantajes y les cortó los brazos, piernas y bolsillos que habían nutrido por años en la Ciudad de México. Tras ese descolón político, buscaron a Marcelo Ebrard y su Movimiento Ciudadano, pero lo desecharon por su poca viabilidad dentro del PRD.
El Movimiento Ciudadano, urgido de un poco de músculo, fue el que más senadores aportó en la toma de la tribuna: Manuel Camacho, Mario Delgado y Armando Ríos Piter. Camacho es el mentor político de Ebrard, a quien está subordinado. Delgado, candidato frustrado al gobierno en 2012, acaricia ese sueño para el 2018, cuando se tope probablemente con la senadora Barrales. Ríos Piter es, de todos los que tomaron la tribuna, quien más cerca está de la reforma energética aunque públicamente la repudie. A Guerrero, su tierra, lo tiene en la mira para 2015.
La fotografía de la toma de la tribuna la completan Alejandro Encinas, el incondicional de López Obrador, sin gran fuerza salvo la moral, y dos personajes menores, pero que también juegan. Uno es Fidel Démecis Hidalgo, en el extremo izquierdo de la gráfica, empeñado en desacreditar al gobernador de Morelos, Graco Ramírez, miembro de Los Chuchos, y a quien pretende relevar en 2918. La otra, a la izquierda de Padierna, es Iris Vianey Mendoza, de Patria Digna, la cuarta en fuerza dentro del PRD que encabeza Carlos Sotelo, quien aspira a la presidencia del partido.
Si la toma de la tribuna del Senado se analiza bajo diferentes tamices, se puede argumentar que la protesta testimonial que realizaron ante millones de mexicanos esconde otros intereses y objetivos, de poder, contrapesos y sobrevivencia. No hay cinismo, ni hipocresías. Es la política realista donde el PRD, después de muchos años de ignorarla, finalmente entendió que la única forma de avanzar es practicarla. La protesta de la reforma energética les ayudó para su metabolismo y, por supuesto, para sus metas.