Ayer contó Jorge Luis Preciado su versión de por qué los senadores panistas no acompañaron la reforma política del Distrito Federal.

 

Según dijo para empezar, a ellos -a los del PAN-, nunca les quedó claro si la reforma política al Distrito Federal era parte de la reforma político-electoral o no. Y que como el PRD no participó en la última etapa de las negociaciones -“la tuvimos que sacar con el PRI”-, consideraron que ya no tenían obligación de entrar a ver lo que a los perredistas les interesaba.

 

Aun así, contó el coordinador de la bancada de Acción Nacional en el Senado, instalaron las comisiones, pero sus legisladoras “nunca fueron citadas nuevamente, y el presidente de la Comisión del DF, el senador Mario Delgado, nunca volvió a convocar para absolutamente nada”.

 

Pero de pronto, agregó Preciado, nos llegan con un dictamen y nos dicen: “Oye, hay que aprobarlo”.

 

Y nosotros les dijimos: “pues nada más díganos qué dice el dictamen, porque no tenemos ni la más remota idea de qué es lo que quieren hacer, si el estado 32, si ciudad capital, si un híbrido entre estado con ayuntamientos y regidores, o un estado con delegaciones y concejales, o si va haber un constituyente en el DF o si esta misma Asamblea va a poder generar su propia Constitución, o díganos de qué se trata, porque nos dan media hora para que lo resolvamos y pues así no”.

 

Aunado a lo anterior, refirió el del blanquiazul, los amagan con que si no apoyan la reforma del DF, los van a mayoritear con las dos terceras partes entre los otros partidos. Y entonces repusieron: “si se quieren ir por el mayoriteo, pues díganos para meter las reservas y nos quedamos otros siete días aquí en el Senado…”

 

Esa fue la historia que contó. Y rechazó aquello de que estuvieran en contra de la reforma: “Estamos a favor de que haya una buena reforma en el Distrito Federal, pero que por lo menos nos dejen conocer de qué se trata la reforma y nos dejen opinar, no que se nos vaya a mayoritear en una sesión para la que ni siquiera veníamos preparados para discutir el tema. Por esa razón decidimos abandonar el recinto”, alegó.

 

En fin, el hecho es que la reforma política del DF sigue pendiente.

 

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A OTRO LADO CON EL AEROPUERTO.- José Luis Luege Tamargo tiene razón: tenemos que defender lo que queda del Lago de Texcoco y encontrar una mejor solución para ubicar el nuevo aeropuerto.

 

Las razones que expone el ex director de Comisión Nacional del Agua (Conagua) para oponerse a la construcción de este nuevo aeropuerto de cuatro pistas sobre la zona federal del lago de Texcoco lucen sólidas. A saber:

 

-Es una “zona inundable”. Es el último “reducto” de lo que fue el gran lago de Texcoco. Y si bien los escurrimientos que recibe de las zonas oriente y poniente del Valle de México están canalizados, la realidad es que ante la presencia de fuertes tormentas, buena parte de los terrenos se inundan.

 

-La zona oriente de la ciudad presenta hundimientos de entre 20 y 40 centímetros y eso está generando problemas de conducción en esos drenajes.

 

-La Constitución protege los terrenos inundables de lagos y lagunas como inalienables e imprescriptibles y la Ley de Aguas Nacionales los declara “depósito natural de aguas nacionales”.

 

A partir de ahí, sostiene Luege (El Universal, 16 de diciembre) que es un contrasentido que el gobierno federal autorice por un lado miles de millones de pesos para rescatar zonas inundables en Acapulco que fueron devastadas por (el huracán) Manuel y que en la Ciudad de México -una de las zonas más vulnerables frente a estos fenómenos- autorizara “desaparecer” lo poco que nos queda del Lago de Texcoco.

 

Y ya ni mencionar que esta parte del lago se ha convertido en zona de descanso y anidación de cientos de especies y aves migratorias y está declarada como Área de Protección de Flora y Fauna. Claro, son buenos y tan rápidos nuestros políticos para derogar cualquier cosa, que esto sería lo de menos ¿verdad?

 

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AHORA SÍ SE LUCIERON CON LA NAVIDAD.- De veras que se ve bien bonito el Zócalo con sus pistas de hielo, las luces en la fachada de la catedral y los arreglos navideños. Qué diferencia esta vez frente a los juegos (tan chafas) que pusieron en la temporada de verano en lugar de las famosas “playas de Marcelo”.

 

Ahora sí se lució Miguel Ángel Mancera con la Navidad y las tres pistas de hielo interconectadas. ¡Enhorabuena! ¡Felices fiestas!

 

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GEMAS: Regalito de un chiquillo en el Zócalo: “¡Eeeeh…; nieve!”

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