Como “un gran pedazo de carne” es como Meryl Streep describe la enorme y violenta escena de la cena familiar que es una de las piezas clave en su película “August: Osage County”.
En el papel de Violet Weston, en la adaptación de John Wells a la obra de Tracy Letts ganadora del Pullitzer, Streep es una matriarca intoxicada con pastillas, que escupe veneno cada vez que habla desde la cabecera de su mesa a su gran familia de Oklahoma, la cual se reúne tras el funeral de su esposo (Sam Shepard). Es cómica y cáustica: “Simplemente digo la verdad”’, dijo Streep.
Es un despliegue de fuerza que parece divertido para un actor, pero es lo que requirió llegar al corazón del gran talento de Streep. Las 18 páginas de diálogo de la escena (la mayoría violentos), necesitaron casi cuatro días de rodaje. Mientras la cámara de Wells viajaba por la mesa tratando de registrar cada actuación (el elenco incluye a Chris Cooper, Julia Roberts, Margo Martindale, Julianne Nicholson y Benedict Cumberbatch), Streep repetía toda su actuación para cada compañero de elenco, cambiándola sólo ligeramente de una toma a otra.
“Llegó a la parte más profunda de lo que creo sobre ser un actor, que tienes que sacar incluso cuando la cámara no está sobre ti”, dijo Streep en una entrevista reciente. “Es muy difícil mantener 18 páginas de vociferación, furia, pausas y luego más agitación y vociferación. Mantener tu furia. Es genial las primeras veces que lo haces, te sientes fantástico, pero para la 12ma o 15va o 30va vez que lo había hecho estaba agotada”.
“Casi lo veía como una competencia olímpica: Bueno, ¿todos dicen que eres muy buena? ¡Pues entonces demuéstramelo! ¡Hazlo para Benedict Cumberbatch! ¡Hazlo para Abigail (Breslin) que está ahí! Porque la cámara está finalmente pasando sobre ellos y se merecen un poco de eso. Pero así es la actuación”.
¿Qué queda por decir de Meryl Streep? Claro que está su larga lista de premios: 17 nominaciones al Oscar y tres victorias; ocho Globos de Oro de 28 nominaciones, incluyendo una de la semana pasada por “Osage County”. La mayoría de sus reconocimientos han sido aceptados con humildad. Cuando ganó su tercer Oscar por interpretar a Margaret Thatcher en “The Iron Lady” el año pasado, ignoró las reacciones de “¿Otra vez ella?”, con una mirada de resignación.
Su fama, dice, “es una historia que me acompaña como una sombra”.
“No es algo que envidiar”, dijo Streep. “Cada vez más es un obstáculo que hay que superar. No sé si haya un momento en el que no sea difícil que se aleje para que te puedan ver como el personaje al cual te has dedicado. No sé. Simplemente yo no puedo detenerme porque me gusta trabajar, simplemente soy una actriz, eso es todo”.
Lo que más le molesta de su noble reputación es que se puede entrometer en su trabajo con otros actores: “A veces la gente me observa mientras estoy en una escena con ellos en vez de estar conmigo, lo que es muy desconcertante. No es bueno”.
Aquellos quienes han colaborado con Streep dicen que ella trabaja duro para hacer que las cosas parezcan fáciles. Wells dijo que cuando conoció a Streep por primera vez, nueve meses antes del rodaje, ella ya estaba trabajando en el personaje. Cuando comenzaron los ensayos ella ya había memorizado todo.
“De alguna manera no reconocen suficientemente lo talentosa que es porque hay un poco de desprecio que dice ‘¡Ah!, bueno, es Meryl. Sabes que será bueno”’, dijo Wells. “El hecho de que la gente asuma que siempre serás genial te pone una carga tremenda al tomar los riesgos que son necesarios para seguir con las cosas en las que estás interesado como artista”.
A pesar de “la contrariedad” de algunos, dice Streep, ella insistió en que el elenco viviera unido en departamentos cerca del plató en Oklahoma para impulsar una relación familiar entre ellos. Ella y Martindale, quien interpreta a su hermana, trabajaban “hasta tarde en la noche con una gran botella de (vino) tinto” para que sus gestos y forma de hablar fueran similares.
La parte de la cena, dice Martindale, fue “rigurosa” para Streep.
“Ella aumentó tanto el nivel que todos estaban ahí al 150%”, dijo Martindale. “Al final de la película ella estaba exhausta, estaba agotada. Creo que lo dio todo. Ella lo hace parecer fácil, así que piensas que es fácil”.
Pero Streep niega haber tenido una gran preparación para Violet, una fumadora con cáncer de boca.
“No te puedes preparar para hacer una película, las películas ocurren frente a ti”, dijo. “He tenido un contacto triste y cercano con gente que ha tenido cáncer y sufre dolor. Y conozco a varios drogadictos. Eso era todo lo que necesitaba saber. No me preparo mucho en ese sentido, pero soy vieja y tengo muchos antecedentes”.
Violet tiene una tenacidad propia de los estados del centro de Estados Unidos por haber vivido una infancia de pobreza y abuso. Streep, quien creció en Nueva Jersey, se inspiró en parte en su propia madre.
“Hay una especie de molestia por el hecho de que mimaban a sus hijos y se enfadaban con ellos por ser malcriados”, dijo. “Mi madre decía ‘niños, son unos malcriados podridos”’.
Para describir a Violet, Streep usa la frase “locura estridente”, que dice el personaje académico de Ewan McGregor en la película.
“Me parece que la experiencia de hacer la película fue mucho menos graciosa porque todas las cosas que son graciosas están basadas en dolor real. La película manifiesta eso”, dice Streep. “De alguna manera ella está descontrolada, totalmente, lo que es muy poco atractivo en una mujer. Es un personaje con el que no sé cómo responderá la gente”.
Streep, de 64 años, tiene cuatro hijos con su esposo el escultor Don Gummer. Ha vivido la mayoría del tiempo en la Costa Este entre Nueva York y Connecticut. Eligió la familia y la naturaleza (ha sido una defensora de la comida orgánica) por encima de Hollywood.
“El progreso de la carrera de un actor es completamente aleatorio”, dijo. “Dependes totalmente de lo que llegue por el camino, no hay estrategias en este negocio y si las hay, me gustaría saber cómo hacerlo”.