MIAMI. Newt Gingrich es el objetivo de una de las más costosas y agresivas campañas negativas en medios en la historia de Estados Unidos.
“A raíz de la sorprendente paliza que le dio Gingrich a Romney en Carolina del Sur, los habitantes de Florida se encuentran en la zona cero de una tormenta política que hace llover retórica ácida y envía a los candidatos a revolcarse por todo el Sunshine State”, escribe Ken Goldstein en Politico. “Por encima de todo, está vertiendo un diluvio de anuncios que hará que la cacofonía escuchada en los primeros estados en disputa parezcan una canción de cuna”.
Goldstein, presidente de Campaign Media Analysis Group de Kantar, dijo ayer a The Guardian que los estadunidenses no han visto este nivel de negatividad antes.
“En una primaria es extraordinario”, dijo al diario británico.
La sucesión de ataques directos entre Mitt Romney y Newt Gingrich protagonizaron los últimos días y horas de campaña en Florida, donde hoy se celebran las primarias en las que ambos, junto a Ron Paul y Rick Santorum, luchan por la candidatura republicana a las presidenciales de noviembre.
“Gingrich está cachando más granadas de mano de las que está lanzando”, dijo Goldstein.
Los sondeos muestran que Gingrich probablemente será aplastado por Romney en Florida.
“Si fuera verdad todo lo que dice, ni siquiera yo mismo votaría por mí”, aseguró Newt Gingrich ayer, al referirse a la avalancha de anuncios negativos desplegada por Romney en su contra.
Uno de los anuncios más repetidos por las televisoras en Florida es el que le recuerda a las familias de ese estado que mientras ellos perdían sus hogares, Gingrich recibía 1.6 millones de dólares por hacer campaña ante los legisladores estadunidenses en beneficio de Freddie Mac, una de las dos grandes firmas hipotecarias de este país.
El asunto inmobiliario es de gran interés en Florida y genera reacciones muy viscerales, ya que este estado fue el epicentro del estallido de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos, que a su vez llevó a la crisis del sistema financiero.
Eso es solamente uno de los mensajes negativos (sustentados principalmente en rumores) que lanzan por radio, televisión e internet en contra del hombre que amenazaba con hacerle difícil el camino al ex gobernador de Massachusetts.
Cifras a las que tuvo acceso The Associated Press muestran que Romney invirtió 2.8 millones de dólares en tiempo aire para comerciales televisivos durante la semana final de la campaña en Florida. Además, un grupo de gente que lo apoya, Restore Our Future (Restaurar Nuestro Futuro), invirtió 4 millones de dólares más para alcanzar un total combinado de 6.8 millones de dólares.
En contraste, Gingrich gastó unos 700 mil dólares, y el grupo a su favor Winning Our Future (Ganando Nuestro Futuro), sumó 1.5 millones adicionales. El total apenas representó un tercio de la cantidad que había invertido el tándem a favor de Romney.
Eso probablemente está reflejado en el más reciente sondeo de NBC/Marist el cual muestra a Romney con el apoyo del 42% de los probables votantes en las elecciones primarias republicanas en Florida, mientras que Gingrich cayó al 27%.
Una de las principales razones por la cual está fluyendo tanto dinero en las carrera presidencial de 2012 es una regla 5-4 de la Corte Suprema. En su decisión hace dos años, la corte, que está dividida entre cinco jueces conservadores y cuatro liberales, falló que los derechos de libertad de expresión garantizados por la primera enmienda constitucional prohibe que el gobierno limite el gasto corporativo o sindical para propósitos políticos.
La campaña de Gingrich tiene mucho menos fuerza organizacional y de potencial recaudación de fondos que la de Romney. El ex gobernador de Massachusets fue capaz de reactivar la bien aceitada maquinaria de su fallida campaña de 2008 para la nominación republicana, la cual abandonó cuando era evidente que el senador John McCain ganaría el nombramiento del partido. (AP Y EFE)