EL CAIRO. Tres iconos de de las revueltas contra en 2011 fueron condenados a tres años de cárcel, en la primera sentencia por organizar una protesta sin permiso desde que entrara en vigor la controvertida pacífica en Egipto.

 

Ahmed Maher, Ahmed Duma y Mohamed Adel, todos miembros del movimiento juvenil 6 de abril, clave en la revolución de 2011, fueron acusados de agredir a la policía y de realizar una protesta callejera no autorizada y considerada ilegitima después de que la ley fuera aprobada el pasado 24 de noviembre y contestada desde entonces por los jóvenes revolucionarios y los activistas seculares.

 

En concreto, la Fiscalía les señala como que estallaron el 30 de noviembre a las puertas de un tribunal del centro de El Cairo cuando Maher se entregó a la Justicia, que había ordenado su arresto por otra manifestación celebrada unos días antes.

 

Además de los tres años de cárcel, esa corte de delitos urgentes condenó también a los activistas al pago de una multa de 50 mil libras egipcias (unos siete mil 240 dólares), en un fallo que -según las fuentes- es apelable.

 

Muchos activistas ctivistas critican la nueva ley, elaborada por el gobierno interino y ratificada por el presidente, Adli Mansur, que restringe las reuniones públicas formadas por más diez personas y entrega a la policía la potestad de dispersar con gases lacrimógenos, cañones de agua, balas de goma e incluso munición real las protestas no notificadas a la policía con una antelación de tres a quince días.

 

Pero si bien la sentencia del trío molestó a los revolucionarios de Egipt , no está claro hasta qué punto el movimiento afectará en las calles egipcias. Ahmed Maher, uno de los acusados, dijo a The Guardian en noviembre que la gente estaba empezando a darse cuenta de la naturaleza opresiva de los sucesores de Mursi y admitió que que muchos egipcios de a pie agotados por el caos económico y la violencia que siguió al derrocamiento de Mubarak- estaban cansados de la revolución y ahora estaban dispuestos a negociar la libertad de un gobierno que les podía traer la estabilidad política y económica.

 

Este domingo precisamente, un activista egipcio murió en un hospital en El Cairo como consecuencia de las graves heridas que sufrió el viernes pasado, en choques entre la policía y manifestantes de los Hermanos Musulmanes en la ciudad de septentrional de Suez.

 

Basem Muhsen, de 22 años y destacada figura revolucionaria en su población, falleció tras recibir tres disparos en diferentes partes del cuerpo. Una fuente médica señaló que uno de los disparos le alcanzó la cabeza, lo que le causó fracturas de los huesos del cráneo y “fue sometido a una operación quirúrgica que fracasó”.